No digo que no exista amenaza, al contrario, vivimos en un mundo desestabilizado y con el temor de ataques terroristas, pero Trump la esparce para intensificar el apoyo a su causa y captar nuevos patriotas con el orgullo malherido, allí donde existan. Le interesa que el miedo de la amenaza se convierta en un estado anímico vivo y perenne.