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En defensa de Pablo Echenique

En defensa de Pablo Echenique

En los últimos días ha sido noticia el llamado caso Echenique, al conocerse que tenía trabajando a una persona, cinco horas a la semana, como asistente personal. Políticos, tertulianos, periodistas y gente varia se han cebado en ello y han aprovechado, a través de Pablo Echenique, para arremeter contra su formación política. Esta aglomeración de críticas ponen de manifiesto una gran hipocresía y un casi nulo análisis de la realidad, un desconocimiento, consciente o no, de esa realidad y, por lo tanto, un casi nulo, también, interés por transformarla.
Posiciones ante la reforma fiscal

Posiciones ante la reforma fiscal

El alto nivel de economía sumergida y fraude fiscal, que alcanza una cifra equivalente al 24,6% del PIB, o 253.000 millones de euros, está muy relacionado con el bajo nivel de conciencia fiscal de los españoles, y éste, a su vez, con la percepción de que nuestro sistema tributario es injusto.
Una casilla para reducir la desigualdad

Una casilla para reducir la desigualdad

El desempleo, las medidas fiscales adoptadas y los recortes han aumentado la distancia entre ricos y pobres, lo que ha provocado que el 20% de las rentas más altas acumulen el 44% de la riqueza española. Son necesarias medidas como una reforma fiscal que dote al sistema de una mayor equidad, de forma que cada uno pague de acuerdo con su capacidad económica.
Una reforma que descabeza el bienestar

Una reforma que descabeza el bienestar

La propuesta de reforma fiscal elaborada por el comité de expertos designado por el Gobierno es de tal amplitud que el propio presidente del comité, Manuel Lagares, afirmó que no dejaron "títere con cabeza", aunque al entrar en la letra pequeña del informe descubrimos que puede conllevar descabezar el estado del bienestar.
Las palabras conmueven, el ejemplo arrastra

Las palabras conmueven, el ejemplo arrastra

A lo largo de 2012 la economía sumergida en España alcanzó los 253.000 millones de euros, un 24,6% del PIB. Con cifras tan astronómicas e insostenibles, la sociedad española necesita de una buena dosis de cultura de la honradez que debería ser transversal y generalizada. Comencemos por dar todos ejemplo, sobre todo quienes conforman la élite política y empresarial.