Espaá

Danzad, danzad, benditos

Danzad, danzad, benditos

Quizás la asfixia de la danza haya que enmarcarla en el contexto actual, en el de una crisis económica y política, que viene acompañada de una crisis cultural. La de una cierta intelectualidad que se siente a gusto con las letras, pero desprecia los cuerpos. Que se agazapa en el estatismo porque le aterra el movimiento. Que es incapaz de tomarle el pulso a la calle, atrapada en lógicas viejas.