Los líderes de los Veintisiete se citan en Bruselas con la necesidad de hacer "cambios de paradigma" ante un mundo cambiante. Y todos a una, un reto más.
Rusia ha aumentado las técnicas conocidas como maskirovka, con las que aspira a ocultar parte de su potencial militar y utilizar el factor sorpresa en el frente.
El Ministerio de Exteriores moldavo anunció la expulsión de un diplomático ruso en protesta por la organización de elecciones presidenciales rusas en Transnistria.
La secretaria de Estado de Comercio también ha precisado que el Gobierno ha autorizado 90 exportaciones más al país invadido por Rusia, llevadas a cabo por empresas privadas.
Todo ocurre pocos días después del ataque ruso a apenas unos metros del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, durante una visita oficial a Ucrania.
El mandatario ruso encara ya su quinto mandato sin que haya cambios a la vista, sólo más Vladimir, más expansionismo, más nacionalismo, más represión y control de un pueblo que no se le revuelve, donde la resistencia hace lo que puede.