El levantamiento popular, inédito en 27 años, ha evidenciado la necesidad de apertura y concesiones, pero no parece que hoy vaya a acabar por derrocar a Díaz-Canel.
La teleeducación y el teletrabajo han permitido a muchos seguir con sus rutinas, pero esto no ha sido posible ni para todas las personas, ni en todos los lugares.