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Y ahora qué, presidente Trump

Y ahora qué, presidente Trump

Bienvenidos al final de la política tal y como la conocíamos. La victoria de Donald Trump, el peor candidato posible para afrontar los retos de este siglo XXI, inaugura una era de incertidumbre y de retroceso sobre los mejores valores del mundo occidental. Resulta difícil hacerse a la idea de que habrá que llamar presidente de la mayor potencia del mundo a un tipo tan errático, racista, misógino, mentiroso y ultranacionalista como el magnate neoyorquino.
Populismo: remedios equivocados a problemas reales

Populismo: remedios equivocados a problemas reales

El populismo es una ideología que gana consensos ahí donde los ciudadanos no se sienten representados por las instituciones y por las fuerzas políticas de sus países, donde la política deja de atender a sus necesidades y parece centrarse solo en su auto-reproducción. Las soluciones propuestas por los populistas resultan atractivas porque prometen ir al grano, resolver de forme in-mediata (no mediada) y aparentemente simple los problemas de la gente.
La tragedia griega de los Le Pen

La tragedia griega de los Le Pen

En este drama político-familiar tenemos todos los elementos de las tragedias clásicas y del mejor teatro de Shakespeare: apasionados amores y odios paterno-filiales, ansias de poder, deslealtades, venganzas, hijas repudiadas, reyes destronados. Pero Jean-Marie Le Pen no se lo va a poner fácil a su hija. Dice que Marine le quiere muerto, pero que no va a contar con su colaboración para ello y que el cadáver sigue coleando.
Eurófobos, un viaje de ida y vuelta

Eurófobos, un viaje de ida y vuelta

Hay que ser críticos, muy críticos, con el funcionamiento de las instituciones europeas. Es la única forma de cambiarlas para mejorarlas. Pero la crítica destructiva, tal y como hacen los eurófobos, es tramposa: su objetivo no es tanto acabar con la UE como llegar a los Gobiernos nacionales. Que no nos tomen el pelo.
El Valls de Hollande continúa

El Valls de Hollande continúa

François Hollande llegó a la presidencia de la República francesa con el crédito agotado. Aquellos que financian los préstamos nacionales, junto con todo el conglomerado industrial y mediático que los rodea, habían decidido ya que los socialistas no podrían permitirse cumplir con su programa