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No ver, no oír, no hablar, y comprar

No ver, no oír, no hablar, y comprar

Solo en Bangladesh un cuarto de millón de mujeres, muchas de ellas solas, trabaja para acallar su hambre y la de sus hijos. A nosotros, bienvivientes en el Occidente cristiano, democrático, libre y solidario, Fatema y todas las demás nos importan, de hecho, un carajo.