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Nos la jugamos el 25 de mayo

Nos la jugamos el 25 de mayo

El tiempo que ha pasado desde las últimas elecciones europeas ha sido suficiente como para comprobar la influencia que tiene Europa en nuestras vidas y lo importante que es que gobiernen los de centro-derecha o los de centro-izquierda. Estas próximas elecciones son importantísimas.
De lo que no se le puede culpar a la señora Merkel

De lo que no se le puede culpar a la señora Merkel

Si los países miembros no son capaces de darse una dirección política y de resolver por su cuenta sus disfunciones más evidentes, las críticas a la gestión del proyecto europeo, por justas que sean, resultarán estériles y escasamente legítimas frente a los demás socios. Al contrario, lo que conseguirían es legitimar la demagogia antieuropea y el descontento popular.
Necesitamos una primavera europea

Necesitamos una primavera europea

En el panorama europeo solo se vislumbran dos luces. Una apagada y envejecida, representada por unos europeístas que han perdido fuelle; entre otras razones porque el funcionamiento de la UE les ha empujado hacia una tecnocracia de salón. La otra luz, autodestructiva, que brilla con más fuerza, produce ilusión cada vez en más ciudadanos -sobre todo jóvenes- y temo que sí que está penetrando en el campo emocional.
Los griegos no se hundieron solos

Los griegos no se hundieron solos

Como en cualquier tragedia familiar, en la europea hay también responsabilidades compartidas. Es demasiado sencillo culpar sólo a Grecia y a sus irresponsables líderes de su hundimiento. Por eso resulta insultante la retórica del castigo moralizador con la que han abordado la tragedia griega.