Los ataques rusos contra los flancos de las fuerzas ucranianas que combaten en la provincia de Zaporiyia obligan a desplegar más artillería para resistir estos envites.
Boliden Apirsa liberó sobre los ríos Agrio y Guadiamar aguas ácidas y lodos tóxicos que contenían arsénico, cadmio, mercurio y otros metales pesados que provocaron el desbordamiento de sus cauces y la anegación de 62 kilómetros.
“Han sido arrastrados por una tormenta y están flotando, lo suponen una amenaza para todas las embarcaciones”, avisa el Gobierno, que espera que lleguen en diez días.
Los trabajadores se encuentran bien y trabajan ya para poder salir de la mina a través de un sistema de escaleras secundario, explican las autoridades.