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Aquí y ahora con Marina

Aquí y ahora con Marina

Durante los casi tres meses de la muestra, la propia Abramović permaneció sentada en una sala del museo ante una silla que cualquier visitante podía ocupar para mantener un contacto visual con ella. ¿Fácil? Lágrimas, risas, circunspección, la situación llevaba a límites inesperados.