novela diaria era tan suave

2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgMister Proper avanzó cautelosamente por el corredor. De repente, escuchó voces aproximándose. Le daba pánico encontrarse con alguno de aquellos matones y recibir una nueva paliza, así que abrió la primera puerta que encontró y se metió en un camarote.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgEn breves instantes, Morgan irrumpiría en la estancia y le apresaría, a menos que... parecía una locura, pero tenía que intentarlo. Sabía que su antiguo rival era un nostálgico irredento y que preferiría mil veces un duelo a la vieja usanza a un ajuste de cuentas contemporáneo.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgMister Proper no tenía reloj, pero estaba seguro de que había transcurrido mucho más que media hora. Dónde estaría ese condenado Capitán Pescanova. ¿Por qué le habría hecho caso? Lo de quedarse en la habitación había sido una idea completamente absurda
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgAl Capitán Pescanova nunca en su vida le había tocado la lotería, pero aquella noche le ocurrió algo muy parecido. En el preciso instante en que Pringles salía del camarote, tuvo el tiempo justo de esconderse y escuchar la voz de Mister Proper.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgLa puerta del camarote volvió a abrirse y un tipo con pajarita y un mostacho modelo mariscal de campo del Imperio Británico en la India apareció en el umbral. ¿Mister Proper, supongo? -preguntó con un marcado acento inglés.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgEl Capitán Pescanova sabía exactamente lo que iba a encontrar dentro del barco. Se había empollado a fondo los planos que le había facilitado Twitter, pero aún así, lo que vio, le dejó sin habla. Aquel yate era impresionante.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgLa puerta del camarote se abrió y en el umbral apareció un tío que parecía haber salido directamente de un documental sobre el altiplano andino: bigotón, manta al hombro, sombrero de ala ancha... Y detrás de él, un burro.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgEl Capitán se colocó justo detrás de Monopoly, el alcalde de la ciudad. Bueno, más que alcalde, dueño. Se decía de él que la mitad de las calles y plazas, casas, hoteles e incluso varias estaciones de tren, eran suyas.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgTuvo un sueño de lo más extraño. Un sueño en el que era un empresario de éxito, dueño de un enorme holding y miembro de una conocida institución perteneciente a la Iglesia Católica. Todo le iba de maravilla, sus negocios crecían y su familia también.
2013-06-30-cintilloeratansuave.jpgTwitter. Al Capitán Pescanova no le gustaba demasiado aquel maldito pajarraco de color azul eléctrico. Era un coñazo, pero por otro lado, había que reconocer que se salía haciendo su trabajo. Nadie estaba mejor informado que él.