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¡Silencio... se actúa!

¡Silencio... se actúa!

Cuando uno se ha acostumbrado a que una obra de teatro de tirón se convirtiera con el tiempo en una película, van los directores (o los productores, o el mercado, o la necesidad, vaya usted a saber qué) y le dan la vuelta. Ahora vamos al teatro y vemos cine.