Tras la tempestad en Palestina, ¿viene la calma?
Dado que es probable que se abra un nuevo proceso negociador, interesa recordar que sentarse a la mesa con los palestinos es para Netanyahu en un fin en sí mismo. Le sirve para acallar posibles críticas internacionales, aparentando una voluntad de paz que, según sus palabras, no puede concretarse por falta de interlocutores válidos. Los negociadores palestinos, la parte más débil, están abocados a volver a la mesa sabiendo que no cuentan con apoyos internacionales suficientes.