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El don de la palabra

El don de la palabra

Nombro una cosa como un búcaro o una trompeta, y la cosa aparece ante mí y, lo más asombroso, también ante todas las personas que me han oído pronunciar la palabra. O bien, eres tú la que pronuncias palabras como amado, enemigo o estúpido y soy yo el que tiembla de deseo, de miedo o de ira. Y es que las palabras no sirven solo para designar cosas, para referirnos a lo que pasa, son también lo que pasa o hace que pasen cosas.
La nada "humanitaria" crisis griega

La nada "humanitaria" crisis griega

¿Aporta algo el uso del término "humanitario" para referirse a la crisis griega? El tema no es nuevo. El crítico literario francés Sainte Beuve escribió aquello de "cada siglo tiene su manía y éste tiene la manía humanitaria". Y lo hacía en el siglo XIX, en el que ya la palabreja apuntaba a la confusión.
El poder de las palabras

El poder de las palabras

Las palabras son enormemente poderosas. No sólo designan objetos o conceptos, también dan forma al pensamiento y este condiciona nuestras actitudes. Para cambiar actitudes inadecuadas, perjudiciales, incorrectas e injustas, es necesario empezar por cambiar la forma en que hablamos.
Hacemos cosas con palabras, según Austin

Hacemos cosas con palabras, según Austin

Austin, ese hombre necesario, parte del lenguaje ordinario o natural: cree que las palabras a menudo son herramientas de las que nos valemos para realizar múltiples tareas, artesanías del vivir cotidiano de la lengua, que es vida y pensamiento, y a las que no tenemos por qué renunciar.
El poder de las palabras

El poder de las palabras

Desposeídos de palabras, seguiríamos sin duda viviendo y sintiendo pero, si no menos, sí me atrevería a decir que peor. Desconoceríamos el mundo, no porque el lenguaje cree la realidad, sino porque no hay mejor vía para aproximarse a la misma que recrearla por medio de palabras.