Una heroicidad. Así califican la acción de un niño de Middletown (Ohio) cuando, con ellos dentro del coche, un delincuente intentaba robarlo. El malhechor aprovechó un descuido de la bisabuela de los pequeños para introducirse en el vehículo y arrancarlo. Los niños, que se encontraban en los asientos traseros, lograron saltar del coche en marcha a pesar de los esfuerzos del secuestrador por retenerlos.
El expolio de las dos figuras por parte se remonta al 30 de agosto de 1961, cuando Franco y su esposa paseaban por los pasillos del Palacio de Xelmírez, en Santiago.