santiago velázquez

Rosa Montero, en el país de las maravillas

Rosa Montero, en el país de las maravillas

Rosa Montero es una autora deliciosa que cuenta con títulos tan emblemáticos como 'Te trataré como a una reina', 'La hija del caníbal' o 'Lágrimas en la lluvia'. Su última novela es 'La ridícula idea de no volver a verte', un libro que mezcla episodios de su propia biografía y la figura de Marie Curie.
José María Merino, descubrimiento de Heidi

José María Merino, descubrimiento de Heidi

Es uno de los mejores cuentistas del actual panorama literario español, y su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua versó sobre lo que él denominó "ficción de verdad", en el que sostenía que el 'homo sapiens' empieza a serlo porque comienza a interpretar el mundo a través de los cuentos.
La señorita Prim, en busca de la vida sencilla

La señorita Prim, en busca de la vida sencilla

'El despertar de la señorita Prim', de Natalia Sanmartin Fenollera, es una historia luminosa, escrita con suma delicadeza, que cuenta la llegada de Prudencia Prim a un pequeño pueblo misterioso donde el tiempo se ha remansado, la ferocidad del mundo moderno ha quedado apartada.
Herman Melville, marinero en tierra

Herman Melville, marinero en tierra

Publicó Moby Dick con 32 años y el fracaso fue tan rotundo, las críticas tan malas, que su carrera literaria, potencialmente tan grande como la novela que acababa de dar a la imprenta, quedó truncada. Nunca se agotaron los 3.000 ejemplares que se publicaron de la primera edición y muchos de ellos se perdieron en un incendio del almacén de su editor en 1853.
Antonio Muñoz Molina, en voz baja

Antonio Muñoz Molina, en voz baja

"Hay una gran parte del trabajo literario que no es deliberado. Cuanto más trabajas en esto, más cuenta te das de lo poco que sirve la experiencia. Si no tienes una iluminación, una ocurrencia, una música que te lleve, no tienes nada. Y eso puede venir o no venir".
Lorenzo Silva, una conversación

Lorenzo Silva, una conversación

"La primera novela que escribí la quemé, pero me pareció un acto excesivo. La quemé en una barbacoa y me dio pena, porque ahora me gustaría leer aquello. Era un plagio y por eso la quemé. Lo único que merecía la pena de la novela era la parte plagiada, y aquello me supuso una frustración considerable".
Pío Baroja, un aniversario

Pío Baroja, un aniversario

Los retratos de Baroja nos enseñan a un hombre calvo (con apenas 30 años ya lo era), de barba puntiaguda, ancha nariz y grandes orejas, una mirada entre triste y melancólica, pero escrutadora y misteriosa, con una fisonomía de hombre cauteloso y profundo, aburrido, si se nos permite.