La pregunta es por qué los padres han pasado de enseñarles a creer en sí mismos para convertirse en padres helicóptero que tratan de sobrebroteger a sus hijos a toda costa. Muchos profesores y expertos apuntan que esta generación no presta suficiente atención y confía demasiado en lo que viene de fuera, y no en sus motivaciones internas.