Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
No todos somos iguales y en vivienda menos

No todos somos iguales y en vivienda menos

"Debemos olvidar recetas pasadas. Contando con el sector privado, pero con el derecho como prioridad".

Sánchez, el pasado martes hablando de vivienda

Por sus actos los conoceréis. Nos sobran puestas en escena. La mayoría tenemos claro quiénes son y cuál es su modelo. Por sus actos conocemos a los partidos de la derecha en España y por sus políticas sabemos a quiénes favorecen. La cita bíblica podría ser un buen título para la presentación de las políticas de vivienda por parte del Partido Popular.

El problema de la vivienda, se ha dicho en infinidad de ocasiones, es complejo y poliédrico: con una sola medida no se soluciona el problema. Hay muchos factores en este asunto que debemos contemplar. No es cuestión, tampoco, de tener varitas mágicas para resolver en el cortísimo plazo. La solución, ya lo hemos comprobado, no la tiene el PP. La manera de hacerlo es actuando con realismo y con convicción. En eso se basan las doce propuestas del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana que presentó el presidente del Gobierno.

Así, el Gobierno socialista propone blindar la vivienda protegida, garantizando por ley que toda la vivienda construida por el Estado mantenga indefinidamente su titularidad pública. También, transferir desde la Administración General más de 3.300 viviendas y 2 millones de metros cuadrados de suelo residencial a la nueva Empresa Pública de Vivienda. Lanzar un programa de rehabilitación de viviendas vacías. Proponer una exención fiscal del 100% del IRPF a los propietarios que alquilen su vivienda según el índice de Precios de Referencias. Que los pisos turísticos tributen como lo que son: un negocio. O limitar la compra de viviendas por parte de extranjeros extracomunitarios no residentes.

Y es que la vivienda es un derecho constitucional, no un negocio para unos cuantos. La primera Ley por el derecho a la Vivienda de la democracia debe ser el mayor instrumento que utilicemos para mejorar la vida de las familias que más lo necesitan. Debemos olvidar recetas pasadas. Contando con el sector privado, pero con el derecho como prioridad. Somos una sociedad solidaria y debemos demostrarlo con nuestros jóvenes y con quienes más lo necesitan. Las medidas anunciadas garantizan que la vivienda sea un elemento de cohesión, sin dejar nadie atrás.

Y en el lado opuesto, el PP. Sus propuestas ya son conocidas. Han gobernado durante años y, sobre todo, durante una crisis durísima que todos y todas recordamos. Su inacción fue histórica y, sin embargo, ahora pretenden dar lecciones de buena gestión. Aparecen como los recién llegados al problema, cuando lo crearon ellos. Quieren tapar su incapacidad en las comunidades autónomas donde gobiernan con desafíos que no aportan nada. Los conocemos demasiado para poder creer que ellos resolverán un problema que sufre la mayoría. Su dedicación es defender a los de siempre. Si seguimos las recetas que nos quieren volver a imponer corremos el peligro de caer en los mismos errores.

No todos somos iguales. Menos cuando hablamos de vivienda. Como buenos conservadores y ultraliberales, los gobiernos del PP aplicaron la máxima de el mercado lo arreglará. Hicieron claramente dejadez de funciones y provocaron que los más fuertes, en una crisis sin precedentes, camparan a sus anchas. Les ayudaron con dinero público y dejaron en la estacada a una parte de la sociedad, a los más necesitados. Recordamos cómo muchos negocios quebraron, el paro creció de forma espectacular, muchas familias se vieron en la calle perdiendo sus casas, otras no pudieron hacer frente ni a los alquileres… En ese momento, el Gobierno del PP de Mariano Rajoy miró hacia otro lado, no afrontó los problemas, la incapacidad fue mayúscula y la crisis se acrecentó por la falta de responsabilidad.

No nos pueden dar lecciones de nada aquellos que no supieron afrontar esa crisis. Imaginarnos que los mismos que no supieron afrontar ese gran reto de la vivienda en la década pasada se hubieran encontrado con una pandemia, un volcán, la crisis de una guerra en Europa o la actual crisis habitacional da auténtico vértigo. Sin sorpresas, hubieran dejado atrás a la mayoría.

El Gobierno en su conjunto y el Partido Socialista en particular están trabajando para que este grave problema quede atrás, y sin unas políticas complementarias a las de vivienda sería imposible una salida. Las medidas para mejorar los salarios, para hacer justicia con las pensiones, en dignidad laboral, en mejora sanitaria, en educación, en planificación urbana, en transporte, en sostenibilidad inciden, sin duda, en mejores hogares.

Así que no. Definitivamente, no todos somos iguales. Y es momento de avanzar y legislar para conseguir que el problema de la vivienda, uno de los principales que tiene la sociedad española, se resuelva. Siempre con el espíritu de llegar a acuerdos. Aun así, la sociedad no puede esperar, por lo que el Gobierno lleva tiempo trabajando, con más herramientas. Esperemos que quien siempre mira hacia el pasado, recapacite y nos acompañe hacia el futuro.

Ignasi Conesa Coma es portavoz de Vivienda del Grupo Parlamentario Socialista y diputado por Barcelona.