Primarias nacionales y socialismo global

Primarias nacionales y socialismo global

EFE

Llama poderosamente la atención la campaña electoral intramuros del PSOE, las primarias. Consisten básicamente en el mismo ritual de mítines y baños de masas de las elecciones generales, el mismo tipo de eslogan, corto y directo, pero todo ello destinado únicamente a los parroquianos.

Es como si la habitual maquinaria electoral girara en vacío. Se generan las mismas portadas de diarios, la misma propaganda en internet, las mismas tertulias radiofónicas, las mismas alusiones cruzadas de mitin en mitin. Todo como si fueran unas elecciones generales, pero con la diferencia de que ya solo es para convencer, no ya al propio electorado, sino a la militancia. Los mismos formatos electorales de siempre pero de puertas para adentro. En resumen, el habitual forofismo pancartero, pero esta vez para consumo interno. La imaginación al poder.

100% PSOE. NO es No... Sin embargo, alguien habrá reaccionado, conviene ser positivos: Sí es Sí. ¡Ya esta! Bueno, pues en realidad depende es depende. No se trata de elegir entre "un PSOE del siglo XXI", como dice Sánchez, o "un PSOE ganado", como pretende Díaz. Sino de articular un PSOE ganador que desarrolle un socialismo del siglo XXI.

Como he hablado y escrito en más de una ocasión sobre el psicodrama socialista y el futuro del PSOE, sobre cuáles deben ser a mi entender las arquitecturas de su reconstrucción y cuál el horizonte socialista, lógicamente en el contexto de primarias que se abre ahora -y más allá de la ocasión perdida para innovar en los formatos-, corresponde hablar de quién es la persona más capaz para navegar en las turbulentas aguas del socialismo español. Pero sin olvidar el para qué. En el convencimiento de que la clave del éxito para el socialismo está lejos de ser de tipo nacional, sino que es, cuando menos, de rango europeo -si no global-, parece conveniente proceder a un breve análisis de las posiciones de los tres candidatos de las primarias socialistas en relación con Europa y la globalización: la prueba del algodón.

El programa o proyecto de Susana Díaz es ella misma. ¡Ah! Y ganar, claro. Mas allá de las reseñas y de las noticias generadas por sus actos, celebrados al amparo de un gran poder de convocatoria -eso sí- no hay rastro de medidas concretas diferenciadas. Por supuesto, tampoco las hay en relación a Europa, puesto que no hay un programa enunciado como tal a día de hoy.

No se trata de cumplimentar el apartado europeísta de un programa, sino de dotar de una visión internacional, transversal y globalizante al conjunto del proyecto socialista.

Pedro Sánchez es alguien con idiomas y una breve trayectoria europea, y como no podía ser de otra manera en su documento Por una nueva socialdemocracia, contempla un apartado netamente europeísta. Concretamente, 3 páginas de 27, o lo que es lo mismo, un 11% del total y 9 de las 168 propuestas o reflexiones entre las que destacan:

118. Nuestra pertenencia a la Unión Europea, y más en particular a la zona euro, hace que buena parte de las políticas que se puedan realizar en Europa deban tener un adecuado engarce en la Unión Europea. De ahí que las propuestas del socialismo español deban estar bien coordinadas con las de los socialistas y progresistas de otros países europeos, y deban ser capaces de ser proyectadas en el ámbito europeo en su conjunto.

123. Para que avance la Europa social y del bienestar, es necesario propiciar una nueva coalición con los progresistas y demócratas europeos, que sea capaz de reemplazar a la actual alianza conservadora que domina las instituciones europeas.

El tercer candidato, el lehendakari Patxi López, a pesar de no tener experiencia internacional en su carrera política, tuvo sin embargo el acierto de encontrarse de viaje oficial en Nueva York cuando ETA anunció el fin de su actividad terrorista. Así, la noticia mas esperada por los vascos le pilló al lehendakari en la capital del mundo. Qué cosas. Fue criticado por ello, claro. Pero pensándolo bien, constituyó una poderosa imagen de lo mucho que ha evolucionado la sociedad vasca y todo un símbolo de la realidad global y contemporánea de la que también participamos los vascos y que ha dejado a los etarras algo más que obsoletos. El lehendakari, en cuanto a él, tenía una visión acertada del mundo en él que vive, y de dónde tenía que estar.

En el documento, premonitoria y sintéticamente titulado La socialdemocracia del siglo XXI, Patxi López reclama una apuesta clara por la mejor integración europea y le dedica 13 de sus de sus mas de 100 razones para unir al PSOE . Pero mas allá del apartado europeísta en el que podemos ver, con matices, propuestas similares entre unos y otros sobre por ejemplo estatuto de los trabajadores o coberturas de desempleo de carácter europeo -al fin y al cabo militan todos en el mismo partido, no se nos olvide... -, López apunta a una nueva dimensión de la política que enfoca de forma genuinamente europeísta, yendo mas allá de meras coaliciones:

"La socialdemocracia debe recuperar, pues, su vocación internacionalista. Es más, hay mucho margen aún para las políticas nacionales más justas. Pero hoy solo se puede hacer socialdemocracia exigente y realmente eficaz a escala global, primero en Europa, después en el mundo. Solo en la escala global podemos hacer política para someter la economía a las reglas que atajen la desigualdad, la pobreza y la explotación. Pasar del Estado-nación del bienestar al Estado global del bienestar. Primero en Europa. Después en el mundo. Esta es la nueva utopía socialista. Por eso necesitamos un auténtico Partido Socialista Europeo, reforzado y creíble, del que el PSOE aspira a ser parte fundamental y entusiasta".

En efecto, no se trata de cumplimentar el apartado europeísta de un programa, tasado en el habitual 15% máximo de cuota de programa a compartir con las demás variables existentes en todo programa de claro enfoque socialdemócrata, sino de dotar de una visión internacional, transversal y globalizante al conjunto del proyecto socialista. Aquí y allá. Aquí también. Como ya he dicho anteriormente en este mismo espacio: gobernar la globalización y globalizar las conquistas sociales. Ese y no otro es el reto del socialismo de hoy.