La preparación psicológica para la Champions

La preparación psicológica para la Champions

La Champions este año se queda en España. El 24 por la noche Madrid estará dividida en dos emociones exaltadas: la euforia en estado puro y la rabia, pena y tristeza hasta causar dolor. Lágrimas por frustración y lágrimas por alegría. Al fin y al cabo, llorar siempre sienta bien.

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La Champions este año se queda en España. El 24 por la noche Madrid estará dividida en dos emociones exaltadas: la euforia en estado puro y la rabia, pena y tristeza hasta causar dolor. Lágrimas por frustración y lágrimas por alegría. Al fin y al cabo, llorar siempre sienta bien.

Hay temas indiscutibles en esta final y que ambos equipos comparten: el talento de sus jugadores, el liderazgo de sus entrenadores, el empuje de sus aficiones, la motivación por el objetivo, la experiencia demostrada en la alta competición en la que han vencido a grandes rivales y demostrado que a actitud, nadie les gana.

A nivel deportivo, cada equipo y entrenador analizarán, decidirán, tomarán decisiones y pondrán en juego su estrategia. Pero, ¿qué nos diferencia a la hora de competir? Porque a igualdad de talento y capacidad física, lo que nos diferencia en el momento de competir son la actitud y la cabeza.

1. Una de las variables indiscutibles es el DISFRUTE. Hay una relación directa entre disfrutar de lo que uno hace, incluso en la alta competición, y el nivel de rendimiento y eficacia. Los que el día 24 van a disputar la final de Champions, empezaron de niños a jugar al fútbol porque les apasionaba. Sentían placer jugando, riendo con los amigos, aprendiendo, entrenando y superándose cada temporada. Disfrutar es dejarse llevar por las sensaciones, por el momento, es estar en el presente, jugando como si cada momento del partido no tuviera repetición. Disfrutar es jugar. Si perdemos el concepto JUGAR, el fútbol no tendría sentido.

2. Para ser eficaces también necesitarán estar CONCENTRADOS. Para mantener la concentración durante la competición el jugador debe atender lo que suma y a la vez desatender lo que resta. ¿Qué suma? Estar pendiente de su ejecución deportiva, de la de sus compañeros, las instrucciones que dé el míster desde la banda, los ánimos de los compañeros fuera y dentro del campo, los cánticos de la afición empujando como si fueran el jugador número 12. También suma no perder de vista el objetivo. ¿Qué resta? Recrearse en los errores cometidos, propios o los de los compañeros, tener pensamientos negativos o de duda, del tipo "uf, no estoy fino, no me sale, no sé si seremos capaces" o errores arbitrales que forman parte del juego. Centrar la atención es posible cuando uno elige una palabra, una frase o una acción claves, que le den seguridad, a la que recurrir cada vez que no se sienta dentro del partido. Un ejemplo podría ser: "Metido, estoy metido".

3. Otro punto importante para poder competir es recordar las fortalezas individuales y grupales, y los motivos por los que han llegado a la final. Una charla grupal en la que se pongan en común lecturas como: "¿Qué valores del equipo nos ayudaron a estar hoy en esta final?", "¿qué nos hace merecedores del título?", "¿cómo vamos a trabajar hoy para conseguir el sueño?" Conocer tus fortalezas te permite repetirlas, te da seguridad y control sobre la situación.

4. El apoyo del grupo. La unión, la comunicación, palabras de aliento, un abrazo, un guiño en el momento en el que uno comete un error, el respaldo de quien juega contigo. Una de las ventajas de jugar en equipo es sentirte respaldado por el grupo. Cuando surge la sinergia, el equipo es capaz de todo.

5. Ser conscientes de que todo premio es fruto del trabajo, del buen hacer, la entrega, la sana ambición y muchos otros valores que implican el esfuerzo de todos. Sin trabajo no hay premio.

6. No dejar de soñar. Cuando el talento lo permite, no hay sueño imposible.

7. No bajar los brazos con ningún marcador, ni a favor, ni en contra. El fútbol es un juego. En minutos le das la vuelta al marcador. Hay que saber buscar la oportunidad. Y para materializar la oportunidad, hay que estar preparado cada uno de los segundos del partido.

8. Confianza en ti y en cada uno de tus compañeros. Todos suman: el preparador físico, entrenador, fisio y cualquier jugador. Nadie alcanza una proeza como esta solo marcando goles. Para hacer un gol ha habido detrás todo un grupo que te ha hecho bueno. Haz una ronda de valoraciones y dale las gracias a todos los que te han aportado algo positivo esta temporada. El agradecimiento aumenta la autoestima y el bienestar de todos. Saber en qué te han ayudado es ser consciente de lo que el día 24 también pueden hacer por ti otra vez. A todos nos gusta sentirnos valorados por nuestros compañeros de equipo.

9. Buscar frases motivadoras que os ayuden a mantener la motivación y el objetivo vivos. "La única batalla que se pierde es la que se abandona". Entre todos podéis sacar un lema que os represente, que os recuerde aquello por lo que lucháis y que genere emociones que tiren de vosotros.

10. Las emociones también juegan. ¿Por qué estáis aquí?, ¿cuántas veces soñaste con este momento?, ¿a quién te gustaría dedicárselo?, ¿te imaginas llorando de emoción al acabar el partido?, ¿qué titular te gustaría leer el día 25?

Nadie va a luchar y entregarse si no lo haces tú. Es vuestro momento. Mucha suerte a los dos equipos que en este día 24 nos hacen sentir a todos tan orgullosos. Millones de personas querrían vivir este momento, pero vosotros sois los elegidos. Disfrutad y salid a darlo todo. Podréis jugar otra Champions, pero como esta, ninguna.

Todos tenemos en la vida, en algún momento, una Champions por la que luchar. Estar ahí depende en gran parte de ti.