Obscenidades

Obscenidades

Aún no se había cerrado la instrucción de la catástrofe del Alvia en Santiago, cuando ya se inauguraba un nuevo falso tramo de AVE entre Palencia y León. ¿Cómo se atreve toda esta gente, los sonrientes inauguradores, a presentarse con su cuerpo gentil en estos actos impúdicos?

Aún no se había cerrado la instrucción de la catástrofe del Alvia en Santiago, cuando ya se inauguraba un nuevo falso tramo de AVE entre Palencia y León. Lo de alta velocidad es un eufemismo para cobrar más caros los billetes y librarse de nuevo, tanto Adif como Renfe, de las exigencias de seguridad para viajeros y conductores que requiere la alta velocidad de verdad.

Pero hay más, Renfe ha instalado wifi en sus trenes AVE y en algunas estaciones de Madrid y Barcelona, por algo más de cien millones de euros y el servicio lo dará Telefónica. Con el tiempo, lo extenderá a más trenes y más estaciones. Un trasvase de dinero entre amigos, porque prioridad, prioridad, no parece que haya cuando todavía existen pasos de nivel sin barreras, ni señalizaciones automáticas, como lo demuestra el accidente que este 26 de octubre ha tenido lugar en Manzanares (Ciudad Real) en la línea Alcázar de San Juan-Badajoz al chocar un regional con un camión atascado en el cruce. Solo ha habido catorce heridos. No ha habido muertes. La falta de seguridad en este caso no ha tenido mayores consecuencias.

¿Cómo se atreve toda esta gente, los sonrientes inauguradores, a presentarse con su cuerpo gentil en estos actos impúdicos? La respuesta es sencilla: porque pueden, porque se saben impunes.

Ahí está el cierre de la instrucción del Alvia de Galicia. El primer juez instructor imputó a doce directivos de Adif y Renfe, algo que la Audiencia Provincial de A Coruña revocó; además, encargó informes periciales a reputados ingenieros independientes, mas la Xunta objetó que, habiendo funcionarios suyos, a qué gastar dinero. Casualmente, no había un funcionario ingeniero industrial y se aceptó uno de los propuestos por el colegio de ingenieros Industriales, gran profesional e independiente. Su informe es demoledor, pero el juez que ha cerrado el caso no le ha hecho caso. Se fía más de sus funcionarios. Al fin y al cabo, el juez también tiene carrera profesional por delante.

Y acaba de hacerse pública la petición de la fiscalía en el caso del Alvia, que considera la distracción del maquinista como la única causa motivó la catástrofe que se llevó por delante 81 vidas humanas, dejó 140 heridas, de las cuales ocho todavía no han recibido el alta médica, y pide para él una pena de CUATRO años de prisión e indemnizaciones multiarchimillonarias. Y esto huele a componenda. El maquinista como chivo expiatorio que se declarará, lógicamente, insolvente, motivo por el que el Estado será declarado responsable civil subsidiario y pagará lo que sea con tal de que no se toque a ninguno de sus VIPS, que seguirán en sus consejos de administración llevándose bonus, en sus despachos, firmado lo que sea y asistiendo sonrientes y sin vergüenza a inauguraciones y festejos. Como en los rescates a los bancos que hemos sufrido, esas enormes cantidades saldrán de los bolsillos de la gente, de toda la gente que no ve ni un atisbo de luz en la salida de este negro túnel por el que nos está tocando transitar. ¡Qué impotencia! ¡Qué rabia! ¡Qué asco! ¡¡¡Puagh!!!