Huracán Francisco

Huracán Francisco

El papa Francisco ha llegado a Cuba como un huracán que promete tomar fuerza hasta tocar tierra en Washington, Nueva York y Filadelfia. Estados Unidos es el cuarto país del mundo con mayor población de católicos, con unos setenta y cinco millones de personas que se definen como tal. Y son la comunidad católica más rica del mundo.

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Foto: EFE

La visita del papa Francisco ha despertado en Estados Unidos un interés extraordinario, perfectamente comparable a la de Juan Pablo II, el llamado "papa del pueblo", el papa que consiguió acabar con el telón de acero gracias a una alianza estratégica entre Estados Unidos y el Vaticano que desembocó en la Perestroika de la libertad con Gorbachov a la cabeza.

El papa polaco y el presidente Ronald Reagan acabaron con el comunismo opresor, ese que había liquidado alrededor de cuarenta millones de almas en la antigua Unión Soviética. Gorbachov se convirtió en el hombre del cambio y en el símbolo de la libertad. Como presidente de la Rusia poscomunista desarrolló los mecanismos para liberar a los presos políticos e iniciar la apertura hacia la libertad.

El papa Francisco se ocupa de la política tanto como su antecesor Juan Pablo II. De hecho, su mediación con la Casa Blanca de Barak Obama ha sido definitiva para reinstaurar las relaciones político-económicas entre Estados Unidos y Cuba medio siglo después de iniciado el embargo. Sólo queda que el Congreso de Estados Unidos derogue la Ley Helms-Burton, aunque de facto, las empresas estadounidenses ya están haciendo negocio en la isla y se han abierto embajadas recíprocas en La Habana y en Washington.

El papa Francisco ha llegado a Cuba como un huracán que promete tomar fuerza hasta tocar tierra en Washington, Nueva York y Filadelfia. Estados Unidos es el cuarto país del mundo con mayor población de católicos, con unos setenta y cinco millones de personas que se definen como tal. Y son la comunidad católica más rica del mundo. De hecho, las contribuciones a la Iglesia Católica de Estados Unidos son, en estos momentos -según un informe de The Economist- las más potentes que recibe el Vaticano. Estados Unidos es pues un país fundamental para mantener el imperio de la fe católica.

El papa Francisco no se ha reunido con la oposición al régimen castrista, y eso le ha traído no pocas críticas dentro y fuera de la isla que aseguran que su actitud está fortaleciendo al régimen en vez de ayudar a que evolucione.

Francisco, además, es un papa sorprendente: el primer papa negro -jesuita- en vestir de blanco. El primer papa latinoamericano, el primer papa de la era de la comunicación y de las comunicaciones, el primer papa que aborda una revolución no silenciosa dentro de la Iglesia.

Su encíclica sobre el medio ambiente causó sensación, pero ni la mitad de expectación que ha creado sobre su percepción de la familia y lo que dirá en VIII Encuentro Internacional sobre la familia en Filadelfia, donde se esperan un millón y medio de fieles y que, para muchos, es el punto de partida de una nueva visión de la sociedad que terminará con la exhortación apostólica del papa Francisco a principios de 2016, tras dos años de reflexión de todos los obispos del mundo sobre la misma.

En este contexto, y unido al discurso del papa sobre las diferencias sociales, la riqueza y la pobreza y su defensa de que los católicos "no tienen que estar en la Verdad, sino en la Santidad en el sentido de comunión con Dios", se espera del papa un mensaje contundente.

Llega el santo padre de La Habana, en donde su predecesor Juan Pablo II intentó una apertura política y de libertades que no se consiguió. El papa Francisco no se ha reunido con la oposición al régimen castrista, y eso le ha traído no pocas críticas dentro y fuera de la isla que aseguran que su actitud está fortaleciendo al régimen en vez de ayudar a que evolucione, defendiendo a los opositores y a los presos políticos. Desde el Vaticano se defiende que el papa "no está para hacer política". Pero éste, como todos los papas, están haciendo política constantemente. Aún están por descubrirse las Embajadas del Estado Budista por el mundo.

De hecho, Pablo Ordaz, en su crónica de El País, asegura que "El Gobierno de Cuba tiene la esperanza de que Jorge Mario Bergoglio, en quien más que un líder religioso ve a un poderoso aliado diplomático, se manifieste de forma rotunda contra el bloqueo de EE UU sin inmiscuirse --o al menos no de forma explícita-- en asuntos de política interna. Es casi cuestión de inercia".

En Estados Unidos, la diplomacia no sabe qué esperar. Por un lado, es evidente el apoyo al presidente Obama en su decisión de normalizar la situación respecto de Cuba, mientras que la mayoría de los republicanos escuchan cada día a sus líderes políticos en las primarias republicanas que "una apertura sin libertades no será posible entre Estados Unidos y Cuba". Un mensaje transversal desde Marco Rubio o Ted Cruz hasta Jeb Bush, Carly Fiorina o Rick Santorum.

Las medidas de seguridad por la visita del papa a EEUU no tienen parangón en la historia reciente del país.

Sin embargo, el único presidente de Estados Unidos católico fue el demócrata John Kennedy. El mayor porcentaje de católicos en Estados Unidos está en California, con mas de once millones de personas, seguido de Nueva York y de Texas. De momento, en la carrera presidencial de un país donde una creencia -la que sea- es fundamental, hay tres católicos republicanos por ninguno demócrata, aunque se espera en la carrera en las próximas semanas a Joe Biden, actual vicepresidente y católico, para hacer frente a Hilary Clinton.

Mientras se espera con inusual expectación la llegada del papa a Estados Unidos, las medidas de seguridad no tienen parangón en la historia reciente del país. Las tres ciudades que recibirán al papa están literalmente tomadas desde el sábado pasado por las Fuerzas de Seguridad coordinadas por el Secret Service. Se han suspendido las clases en los colegios durante los días en los que el papa está en cada ciudad, y se ha cortado más de la mitad del tráfico de Washington y Nueva York. En la Gran Manzana hay que sumar la seguridad con motivo de la Cumbre del Milenio en la ONU -a la que acude el papa el próximo viernes- y la Asamblea General de Naciones Unidas, que en esta edición cuenta con Vladimir Putin y Raúl Castro entre sus estrellas.

Sólo en Nueva York se han movilizado a los 35.000 efectivos de la policía local, a los que se unirá la Guardia Nacional y el FBI. Veremos qué aporta la visita de su santidad el papa a la política internacional. Lo que es seguro es que no será irrelevante.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Pilar García de la Granja es periodista, especializada en economía y finanzas. Licenciada en Ciencias de la Información por el CEES- Universidad Complutense de Madrid. En España ha desarrollado su carrera en Expansión TV, Onda Cero y el grupo Intereconomia y columnista en medios especializados como ElEconomista. Actualmente es corresponsal de Tele5 en Estados Unidos y colaboradora de El Programa de Ana Rosa en T5 y cofundadora de la plataforma especializada TheLuxonomist. Es autora de “¡Me equivoqué!” (Planeta) y “En qué jardín nos han metido: ideas prácticas para salir de la crisis” (Ed. Homo Legens).