Ave Pablo, los errejonistas que van a morir te saludan

Ave Pablo, los errejonistas que van a morir te saludan

Los errejonistas no se ponen de acuerdo en cómo va a morir su proyecto este fin de semana a manos de los pablistas, si por amor lánguido o por intenso orgasmo y punzón en la cervical. Sólo saben que lo harán con dignidad, como los gladiadores frente al césar Iglesias. Lo que tienen claro y seguro es que van a perder las consultas para decidir el formato de la Asamblea Ciudadana Estatal de febrero, más conocida como Vistalegre II.

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Foto: EFE

Uno puede morir de amor tuberculoso como la dama de las Camelias o de amor asesino, al estilo Sharon Stone en Instinto Básico, aquella película en la que Stone utilizó el cruce de piernas más famoso de la historia del cine para despistar a los polis que tenía enfrente -a Michael Douglas especialmente- de la exquisita forma que tenía de liquidar al enemigo, con un elegante estilete cristalino mientras hacían el amor. Los errejonistas no se ponen de acuerdo en cómo va a morir su proyecto este fin de semana a manos de los pablistas, si por amor lánguido o por intenso orgasmo y punzón en la cervical. Sólo saben que lo harán con dignidad, como los gladiadores frente al césar Iglesias y, mejor, en una cama con Stone. Lo que tienen claro y seguro es que van a perder las consultas para decidir el formato de la Asamblea Ciudadana Estatal de febrero, más conocida como Vistalegre II.

"Todo está hecho para matar al errejonismo. Se han estado dedicando a la trabajarse la organizacion interna, que es lo que a nadie le gusta, y a controlar el aparato. Se veía venir", certifica un destacado partidario de Iñigo Errejón, al que le molesta ser profeta, porque lleva meses advirtiendo de lo que iba a suceder. "A estas alturas, solo podemos negociar una cuota a la baja para Errejón o que el mismo Íñigo le dispute el liderazgo. Suponiendo que se lo disputara, no sería lo mismo que quedaran un 60-40 que un 70-30. Porque lo que tiene claro Íñigo es que no va a ganar.

De aquí a Vistalegre II lo único que podríamos hacer los errejonistas es una campaña externa más que interna, tratando de atraer a nuevos militantes más acordes con nuestro concepto", añade el amigo de Errejón, al tiempo que reconoce que es casi imposible que "Íñigo se enfrente a Pablo, al menos hoy por hoy". Es decir, Errejón prefiere morir de amor con un estilete de cristal en la nuca antes que medirse con Iglesias.

Del recurso al empalago amoroso tienen la culpa ambos personajes, que estos días han dado rienda suelta a su pasión fraternal, desde que el pasado viernes, día 9, el equipo del portavoz de Podemos en el Congreso presentó el documento Recuperar la ilusión: Democracia para ganar, viendo cómo estaban trabajando en el interior de la organización los de Iglesias, cada día más pegados a la corriente de Izquierda Anticapitalista y a los de Izquierda Unida.

Las casi 4.000 firmas de apoyo que el texto Democracia para ganar recibió en unas horas desencadenaron las misivas de amor fraterno entre los dos principales dirigentes de Podemos. El problema es que salvo los mismos Iglesias y Errejón -que llevan años de complicidades- pocos más se enteran de lo que está pasando. Los pablistas luchan por quedarse con la organización, los errejonistas por morir lo más lentamente posible, y la ciudadanía -o las calles, esas que obsesionan a Pablo Iglesias- se pregunta en qué consiste el debate de ideas que enfrenta a los entrañables amigos, más allá de una batalla de poder por la organización.

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Foto: EFE

"No hay un debate de ideas, por eso los votantes no lo perciben, aunque sí una parte de los militantes, que en su mayoría están con Pablo. Pero es que los errejonistas no cuestionan el liderazgo de Iglesias, saben que lo tendrían perdido. Estamos dando un espectáculo por debatir solo las cuestiones tácticas y estratégicas para controlar la organización, mientras que el modelo de sociedad y de país que queremos aún presenta muchos huecos. Muchísimos", sentencia un politólogo de Podemos, próximo a Iñigo Errejón, pero también amigo de Iglesias.

Para Rafael Mayoral, secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos, pero sobre todo, hombre clave en el círculo de Iglesias, "las diferencias tácticas entran en las ideológicas. Estos días estamos debatiendo sobre la construcción del movimiento popular que es Podemos e intentar establecer una frontera entre las estrategias y las ideas es complicado. La estrategia pasa por echar raíces en lo social que hemos conquistado, por continuar con el empoderamiento de los desfavorecidos y todo lo que nació con el 15-M. No basta con defender esas conquistas solo en las instituciones, estamos buscando como se hace el encaje entre las instituciones y el movimiento popular".

El hombre de Pablo Iglesias rechaza que esté acusando a los errejonistas de interesarles únicamente pelear en las instituciones -"Yo no he dicho eso" aclara, y es verdad, no los ha nombrado-, pero esa es una de las diferencias tácticas -que pueden llevar una carga de ideología- que están sobre la mesa entre ambos bandos.

Lo cierto es que lo que realmente se juega en las votaciones del fin de semana es quién se queda con el partido. Mientras que los de Iglesias quieren votar conjuntamente el contenido de los documentos y los nombres de los dirigentes, los de Errejón apuestan por votar antes el programa, los objetivos, y después la dirección, como sucedió en Vistalegre I. Vamos, se juegan el control del aparato. Las ideas que afectan a la calle serán otro asunto que ahora mismo no llega a los votantes, entre los que se encuentra la mayor fuerza de Errejón, frente a la militancia, que se entrega al actual líder.

"Es que entre Pablo y Errejón no hay diferencias ideólogicas, lo que estamos discutiendo en estos momento son tácticas y la estrategia para organizarnos. Yo no creo que se pueda separar el debate de los documentos y las ponencias del equipo que va a dirigir el partido, no tendría sentido", apunta el diputado canario Alberto Rodríguez, más conocido como "el de las rastas", inclinado hacía el sector de Iglesias sin dudarlo.

"Los pablistas viven en una realidad absurda -señala un diputado muy vinculado a Íñigo Errejón-, creen que van a encender la llama de otro 15M.

En el patio del Congreso, al lado de Alberto, está Meri Pita, la secretaria general de Podemos en Canarias y una de las mujeres a la que Iglesias más piropos dirige en twitter cada vez que interviene en el Congreso. Pita comparte las palabras de Rodríguez. "No hay diferencias ideológicas, lo que les separa son matices, y es precisamente eso, el debate sobre los matices lo que hace a Podemos diferente, nos enriquece. Son cuestiones tácticas. Yo quiero que los líderes de este partido sean lo que voté, Pablo Iglesias como secretario general e Iñigo Errejón, como secretario político", remata la líder canaria.

De lo que en parte está sucediendo da también muestras el hecho de que los partidarios del secretario político prefieran mantener el anonimato, mientras que los que son partidarios de Iglesias no tienen problemas con dar su nombre, más desde que el otrora opositor a Iglesias en Vistalegre I, el secretario de organización, Pablo Echenique, se declarará partidario del método Iglesias, ponencias y líderes, todo elegido en el mismo paquete.

"Los pablistas viven en una realidad absurda -señala otro diputado muy vinculado a Íñigo Errejón-, creen que van a encender la llama de otro 15M. Pero la realidad es que no hay movilización, porque la gente ha ido asumiendo peores condiciones de vida. Además, la imagen de Pablo ya no es la que era, ni nadie va a seguir a un líder que ya está en el Congreso por mucho que se siente en el suelo del salón de los pasos perdidos y un puñado de periodistas le hagan la clá". Su señoría se refiere a la "novedad rompedora" del martes 13, cuando un Iglesias en plena campaña para seguir acaparando fotos dentro y fuera, se sentó en uno de los salones del Congreso, emulando las sentadas de la Puerta del Sol, acompañado de un grupo de periodistas con los que quería intercambiar aspectos de la semana que están viviendo.

Llegará un día en el que "todos esos números para lograr titulares, desde abandonar el hemiciclo hasta organizar sentadas con los periodistas, terminarán hartando a todos. Todo se gasta -explica una de las mujeres clave en Podemos Madrid-. De lo que estamos viviendo estos días aún no nos hemos repuesto. Pablo nos dejó anonadados cuando decidió saltarse al órgano central del partido y tratar de evitar que los simpatizantes y los ciudadanos que nos votan participen. En Vistalegre I, además, primero se trabajó en los documentos. Lo sucedido en los últimos días, empezando por la carta de Pablo, es la respuesta al manifiesto del viernes. Ahora superamos las 6.000 firmas, lo que nos sorprendió a nosotros mismos. Es falso lo que transmiten, nadie cuestiona el liderazgo de Pablo, no somos unos suicidas, pero para mantener el espíritu del 15-M no parece el mejor camino caer en la estructura de una organización montada al estilo de la antigua IU, de los formatos de Izquierda Anticapitalista, que son quienes ahora rodean a Iglesias".