Los seis momentazos políticos 'hardcore' del año

Los seis momentazos políticos 'hardcore' del año

¿Cómo imaginar que en un mismo año veríamos al rey pidiendo perdón, a Rajoy huyendo por el garage, a Esperanza Aguirre dimitiendo, a Merkel en Atenas, a Obama llorando y a Berlusconi regresando a la política?

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¿Cómo imaginar que en un mismo año veríamos al rey pidiendo perdón, a Rajoy huyendo por el garaje, a Esperanza Aguirre dimitiendo, a Merkel en Atenas, a Obama llorando y a Berlusconi regresando a la política? Todo mientras nos echaban del trabajo, nos hacían pagar por una Sanidad que ya sufragamos con nuestros impuestos, y los derechos sociales retroceden día tras día, llevándonos hacia un tiempo que creímos haber dejado atrás hace treinta años.

En este contexto, es normal que pocas cosas nos sorprendan, conscientes ya de que todo puede suceder: amnistía fiscal para los defraudares mientras crece el patrimonio de las Sicavs, las sociedades de los ricos de verdad, mientras cada día hay más españoles en riesgo de pobreza -más del 27% según Eurostat - y en la calle, más de un tercio de las personas sin techo han perdido su casa este año.

Es ahora cuando los políticos deberían hacer examen de conciencia e intentar salir del autoengaño que les ayuda a soportarse. La crisis no es la causa de todos los males. La gestión pusilánime de los gobernantes y el sometimiento a los poderes económicos ayuda a que hagamos el camino aún más atroz si cabe. Como no hay drama que no encierre su parte cómica, hemos creído que estos seis momentazos hasta pueden hacernos sonreír. Y como decía nuestro admirado Thomas Love Peacok, "es necesario hacer frente con decisión a esta invasión de mal humor". Y aún podemos.

Rajoy huyendo

La prima de riesgo le perseguía. Justo ese día, 10 de abril, el sobreprecio que tenemos que pagar para que los mercados sigan financiándonos alcanzaba el punto máximo desde que Rajoy llegó a Moncloa. La prensa quería saber qué iba a pasar, hasta cuándo podríamos cargar con unos intereses de la deuda que ya estaban en el 6%. El presidente, en lugar de dar la cara, echó a correr. Un episodio patético. El hombre que rige el destino de España se amedrenta ante los micrófonos. Tres meses después la prima rozaría los 600 puntos y a día de hoy, esa cifra que entonces le hizo salir por el garage del Senado, se ha convertido en una más de la familia.

El rey pidiendo perdón

Su majestad, que se había instalado en una especie de jubilación dorada, reduciendo su presencia mediática y dedicándose a hacer su santa voluntad, con novia oficial incluida, va y se rompe la cadera en un safari en Botswana, pagado por el hombre de paja del rey saudí en España. La opinión pública pone el grito en el cielo y se cuestiona el papel del monarca como nunca antes se había hecho. El jefe de la casa real le da pocas opciones: o pide perdón y se va olvidando de seguir living la vida loca o tendrá que plantearse si se morirá dormitando en el trono. El rey, que no está acostumbrado a tener que dar explicaciones a la plebe, traga saliva y se disculpa públicamente. Una humillación pequeña para las ventajas de las que podrá seguir disfrutando ahora que la vida del ciudadano medio se ha puesto tan jodida.

Esperanza dimitiendo

La despedida de la lideresa fue el bombazo de la rentrée. Aprovechando la impopularidad de Rajoy, Espe anuncia su dimisión. Que un político dimita es algo a lo que no estamos acostumbrados, así que una parte importante del personal alabó su gesto. Han pasado tres meses y en los círculos políticos se sigue especulando con las razones del abandono. Resulta difícil digerir la versión de que Aguirre quiere disfrutar de su familia. Resulta más factible achacar su marcha a eludir la responsabilidad de la privatización de la Sanidad y tantas medidas impopulares que ahora recaerán en Ignacio González. Esperanza ha dado un paso atrás para agazaparse tras la presidencia del PP de Madrid y tomar impulso. Hasta el propio Rajoy sospecha de ella aunque sea Navidad.

Merkel visitando Grecia

Desafío total. La presidenta extraoficial de Europa decide visitar en octubre el país al que más medidas ejemplificadoras está aplicando. Merkel debe ser uno de los personajes más odiados en Grecia, tanto como sus bancos. "La UE y su troika quieren que los europeos del sur seamos mano de obra barata para competir con China", es una de las ideas compartidas por una población que se siente ahogada por la lentitud de los acuerdos comunitarios, como asegura Yannis Panagopoulos, el presidente del mayor sindicato griego. Angela buscaba alejarse de su imagen de tecnócrata fría y ajena a la realidad de la calle, quería lanzar el mensaje de que Alemania mantendría a Grecia en el euro. Los sufridores, en lugar de agradecérselo, salieron a la calle para protestar. ¿Contra qué? Manuel Ballbé y Yaiza Cabedo lo tenían claro en una tribuna que hasta los no economistas hemos entendido. El mercado de casino y las Bankias alemanas, con los cuatro puntos clave para machacar al Sur de la UE, genera un resentimiento que no sabemos adonde nos llevará.

Berlusconi regresando a la política

El presidente excesivo, al que se reían las gracias por ser un compendio de todos los estereotipos italianos antes de convertirse en apestado, ha dejado boquiabierto a medio mundo anunciando su regreso. El poder engancha, no hay duda. Pero en el caso de Berlusconi va más allá de la necesidad de ser protagonista o de controlar los procesos que tiene abiertos. Berlusconi no puede retirarse, se ponga como se ponga Merkel, porque "es un político empresario que representa a toda una serie de empresarios y financieros para los que se ha convertido en punto de referencia. Gente de la banca, de las aseguradoras, de la comunicación, de la energía... Y no sólo italianos: Berlusconi tiene socios internacionales", tal y como apunta el analista político italiano Alessandro Campi. Paradójicamente, este tipo, caricatura de sí mismo y de la política más abyecta, puede estar alimentado por la austeridad asfixiante a que nos someten los tecnócratas redentores.

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Obama llorando

¿Lágrimas de cocodrilo? Obama lloró por primera vez al despedirse sus ayudantes en la campaña que le hizo ganar las elecciones por segunda vez. Y ha vuelto a llorar solo un mes después por los 20 niños y seis adultos asesinados en Newtown (Connecticut). Las lágrimas del presidente han dado la vuelta al mundo. Y sin embargo, lamentablemente las lágrimas y los gestos compungidos de Obama también se han oxidado ya. Señor presidente, deje ya de hacer gran política de comunicación y aborde el asunto de las armas con valor. O pidáselo usted al alcalde Bloomberg, que le hará el proyecto contra las armas.

¿Quién nos iba a decir que hasta el primer presidente negro de la historia se nos iba a desgastar? Incluso parece café con leche en vez de negro, que diría Wyoming.