¿Por qué a los banqueros no se les hacen escraches?

¿Por qué a los banqueros no se les hacen escraches?

Sorprende que los bancos preocupen cada vez menos a los ciudadanos, mientras la corrupción y los políticos siguen escalando puestos entre los principales problemas de los españoles. ¿Qué pócima han utilizado los banqueros para escapar del centro de la diana y ser reemplazados por los políticos?

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Sorprende que los bancos preocupen cada vez menos a los ciudadanos, mientras la corrupción y los políticos siguen escalando puestos entre los principales problemas de los españoles. El barómetro del CIS de marzo comparado con el de febrero muestra que la preocupación por la corrupción ha aumentado del 40 al 44,5% y los políticos del 29,7 al 31,4% mientras que los bancos han logrado bajar del 5 al 4,6%. Un hito, dado que entre todos estamos pagando el rescate al sector financiero y desahucios y la estafa de las preferentes, son dos de los asuntos que más encienden a la ciudadanía. Teniendo en cuenta, además, que en el Informe de Calidad de la Democracia, elaborado por la fundación Alternativas, el panel de expertos consultados cree que el poder económico financiero está por encima del poder político. ¿Cómo es entonces posible que sean los políticos los que carguen con el grueso de la responsabilidad? ¿Qué pócima han utilizado los banqueros para escapar del centro de la diana y ser reemplazados por los políticos? Charlamos con sus señorías sobre este misterioso acontecimiento. Nada fácil, porque a la hora de hablar sobre la entrega de los medios a la banca, miden las palabras.

"Es difícilmente imaginable que los banqueros puedan presionar para que se manipulen las encuestas. Quizá es que Santander, BBVA o la Caixa hacen publicidad presentando iniciativas sobre viviendas o responsabilidad social. O quizá es que los bancos no están tan presentes en los medios. No es lo mismo cómo tratan los grupos de comunicación a los políticos que a los banqueros. No estoy diciendo que el Gobierno y los parlamentarios no tengamos responsabilidad en lo que está pasando, pero la codicia de los bancos nos ha llevado a esta locura", comenta Carles Campuzano, diputado de CiU y portavoz de la comisión de Empleo.

A la hora de explicar la paradoja políticos peor percibidos que banqueros, hay razones para todos los gustos. Alfonso Alonso, portavoz del PP cree que "en el fondo la gente, aunque se queje, quiere que se rescate a los bancos, porque tienen ahí sus ahorros y son quienes les dan crédito". Su compañero Rafa Hernando, portavoz adjunto, culpa a la izquierda también de esto: "Quien ha permitido a los bancos comercializar productos como las preferentes o mantener cláusulas abusivas como el suelo de las hipotecas, ha sido el anterior Gobierno. Para lavar su pasado, movilizan a la gente contra nosotros. Ir a hacer escraches a los bancos no reporta los mismos beneficios. Los medios también tienen su parte de responsabilidad, porque compran una sola versión de los hechos". La diputada de Coalición Canaria, Ana Oramás, hila más fino: "He estado mucho tiempo siguiendo las encuestas y hay que tener en cuenta la diferencia entre si a los ciudadanos se les pide una valoración sobre los banqueros o si se les pregunta si están preocupados por la banca. La gente ahora no está preocupada por el sistema bancario, pero valora muy mal a la banca. La prueba es que tras las preferentes y los desahucios, se discute mucho más en las sucursales, se pelean los recibos, las comisiones y se confía menos en ellos".

"No deja de ser curioso que el escrache se produzca ante las casas de los políticos y no ante la sede de los bancos, cuando las preferentes y las hipotecas motivan las protestas. Pese a todo, en la inmensa mayoría de la gente ha aumentado el rechazo a las entidades financieras", reflexiona Valeriano Gómez, exministro de Trabajo y uno de los portavoces económicos del PSOE. Su colega, Inmaculada Rodríguez Piñeiro ve "normal que en una situación de crisis como la actual los ciudadanos responsabilicen a los políticos, al ser los que debemos solucionar sus problemas. ¿De qué les sirve responsabilizar a los banqueros si saben que no les van a cambiar en nada? Si hubiéramos supervisado bien, no estaríamos en esta situación. Además si uno va a hacer un escrache delante de un gran banco se va a encontrar con una guardia pretoriana que les hará imposible acercarse". Piñeiro también señala: "Los medios de comunicación también tenéis una cuenta de resultados y los bancos tienen que ver en ella. Por eso el trato a los políticos es diferente al de los banqueros".

No todos los políticos con los que hemos hablado nos dejan citarles. "No seamos ingenuos. Los bancos o las eléctricas nos llaman directamente a los políticos para quejarse cuando hablamos de ellos y no les gusta lo que decimos", dice un diputado popular. Mientras que una señoría autonómica es más contundente aun, eso sí, amparada en el off the record: "Lo que hay entre los medios de comunicación y los bancos es una auténtica omertà, un pacto de silencio al estilo mafioso".

CÓMO PROTESTAR SIN 'OFENDER' A LOS POLÍTICOS

El anuncio del secretario de Estado de Seguridad de que se impondría un cordón sanitario de 300 metros en los escraches -desmentido horas después por el ministro de Interior-, nos lleva a plantear a los diputados cómo hay que protestar para no molestarles, teniendo en cuenta que también les incomoda recibir mails masivos en sus cuentas del Congreso. Vicente Martínez Pujalte, portavoz del PP en la comisión de Economía, en la que se debate "la protección de los deudores hipotecarios", lo tiene claro: "Si los escraches se hacen para presionar, mal, porque lo lógico es dialogar. Ni Ada Colau ni Jorge Vestringe tienen problemas con la hipoteca. Hay una cosa que se llama derecho a la intimidad y hay que respetarlo. Los del escrache en casa de Soraya no fueron a su puerta cuando firmaron su hipoteca. Lo que no es normal es que los que contratan ahora una hipoteca, tengan que cargar con las de los que no pagan. Estoy en contra de los insultos".

Tampoco Carlos Martínez Gorriarán, uno de los hombres clave de Rosa Díez, diputado de UPyD, es caritativo con los miembros de la PAH que organizan los escraches: "Que hagan otro tipo de protestas, como la recogida de firmas. Estoy totalmente en contra de que se nos acose o se encartelen las fachadas de nuestras casas. Sí, sí, eso ha pasado. Y se les ha llamado asesino a algunos durante un escrache, al igual que se les ha amenazado con derramar su sangre. No tenéis más que verlo en Youtube" nos espeta. Gorriarán es también miembro de la Comisión de Economía que tiene que abordar el texto de protección de los deudores hipotecarios.

Más tranquilo, el portavoz de Economía del PNV, Pedro Aizpiazu deja claro: "Yo no estoy en contra de ninguna forma de protesta, siempre que sea democrática. No me parecen mal los escraches, el problema que les veo es si se radicalizan las situaciones y todo deriva hacia alguna forma de violencia, terminando en acontecimientos desagradables". El diputado popular Rafael Hernando es escéptico, porque "por mucho escrache que hagan, no va a cambiar el voto de un diputado. Lo que tienen que hacer es utilizar los canales de diálogo. Nos hemos reunido con la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), hemos aprobado la tramitación de la ILP y ¡parece que les hemos ofendido! Además, cualquiera corre el peligro de que le acaben haciendo un escrache. Por ejemplo, los lectores a los periodistas".