Rajoy nos vende como los chinos de Europa

Rajoy nos vende como los chinos de Europa

El presidente se marcha al exótico Kazajstán y al Japón de Fukushima dispuesto a que cale la idea de que somos la mano de obra más barata de entre los grandes países de la UE.

De vendernos en 1992 como los alemanes de la Europa del Sur -Juegos Olímpicos, Expo, boom inmobiliario mediante-, hemos pasado a que Rajoy nos ofrezca como los chinos de Europa. El presidente se marcha al exótico Kazajstán y al Japón de Fukushima dispuesto a que cale la idea de que somos la mano de obra más barata de entre los grandes países de la UE. "Los costes laborales unitarios en España se comportan mucho mejor que en otros países de la Unión Europea", ha dicho muy serio a los todopoderosos empresarios nipones como zanahoria para animar a invertir a una economía que lleva más de una década en una crisis de la que está saliendo con una política de expansión del gasto, totalmente contraria a la austeridad de Rajoy.

Los costes laborales unitarios a los que se ha referido el presidente patrio indican la competitividad de un empleado y son la relación entre costes salariales y productividad, que en el 2º trimestre del año han caído en un 2,3 frente al 1 que han aumentado en la zona euro, según el Banco de España (BdE).

Un dato atractivo, si no fuese por lo que nos está costando a los curritos:

- Desprotección del trabajador ante el empresario. La reforma laboral Ley 3/2012 ha logrado que el empresario disponga de flexibilidad total para modificar a su antojo las condiciones del trabajador, que se ve obligado a tragar si quiere mantener su puesto. "La amenaza del despido es convincente no solo por lo que reflejan las estadísticas sobre el paro, sino porque la ley ha dejado sin mecanismos de defensa a los empleados, los derechos de los trabajadores se han supeditado a los del empresario, cuyo poder está garantizado en el BOE", explica un juez de lo social de Madrid.

"Había sectores, como los regulados e incluso la construcción, donde se debía producir un ajuste salarial, pero sin pasarse de frenada y a ello ha contribuido la reforma laboral -lo ha dicho hasta el Banco de España-, que sin embargo ha fracasado rotundamente con aquello de que iban a terminar con la temporalidad en los contratos", subraya el politólogo del CSIC José Fernández Albertos, quien intenta no caer en la demagogía. "Sin llegar a pensar que aquí vamos a ofrecer mano de obra como la de Tailandia o Bangladesh, es lógico que se subsanen algunas rigideces. Pero lo que me parece un error es descuidar la negociación colectiva. Se está devaluando, cuando aún tiene capacidad para articular los intereses entre trabajadores y sindicatos. En cuanto a la competitividad, más de lo mismo. Ni podemos competir con Suecia produciendo altísima cualificación, ni con el tercer mundo, ambas cosas serían poco realistas. Tenemos que encontrar nuestro hueco, competir con Polonia o la República Checa, para vender en Alemania".

Albertos comenta que Rajoy puede ir a Tokio y vender un repunte de la economía, porque "la mejora de las exportaciones es un hecho, se mantienen las cuotas de mercado (a costa de reducir el precio de las exportaciones para mantener esas cuotas) pero como estrategia general para salir de la crisis, es muy atrevida. Las exportaciones pueden tirar de la economía en países más pequeños como Irlanda o Letonia, pero España tiene una economía muy grande. Lo que ha hecho esa devaluación salarial que vende el presidente fuera es frenar el consumo interno. Creo que el despegue de nuestra economía debería de venir precisamente del incremento del consumo interno".

Con todo, el experto del CSIC esquiva el pesimismo. "Si logran que retorne la inversión extranjera, jugarán con que esa inversión de grandes multinacionales lo que hace es elevar el nivel profesional de la mano de obra menos cualificada. Esas empresas tienen capital para invertir en formación de los trabjadores que contratarían si vinieran aquí, cosa que no sucede ahora en España, donde los recortes en I+D o en cualquier otro tipo de formación son un hecho".

- Devaluación salarial. "Rajoy puede ofrecer mano de obra más barata gracias a la bajada de sueldos que se está produciendo, aunque siempre por debajo tendremos a Grecia y Portugal. Las cifras son ambiguas, porque si comparamos la caída de costes laborales en España con respecto a Alemania desde el año 2008 hasta ahora, de acuerdo con Eurostat, España ha descendido aunque la cifra no es escandalosa ¿Cuál es la razón? Pues que aquí se ha expulsado del mercado a los salarios más bajos, mientras que los salarios más altos han descendido, pero no han sido expulsados de la forma brutal que los trabajadores que menos cobraban de nómina y los miles de temporales. En Grecia y Portugal han caído todos", explica el catedrático Santos Ruesga, que subraya también la caída enorme en el sector público, que no se contabiliza igual. "Para que se entienda, si hay mucha gente que gana 5.000 euros, pero muchísimos más que ganan 1.000 euros, a los que se echa del mercado en mayor número es a los de 1.000, la caída media de los costes laborales no reflejan la realidad". El propio Banco de España, en su boletín económico de septiembre destaca que la caída de los salarios es el efecto más visible de la norma.

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Fuente: elaborado con datos Eurostat.

Las consecuencias de la devaluación salarial no son únicamente la reducción del consumo y la caída del poder adquisitivo en un país de 46 millones de habitantes "sino que aumenta la productividad como bien alardea Mariano Rajoy y su gente, pero pese a lo que predican, aumentar la competitividad es diferente a aumentar la productividad. La competitividad entre nosotros no crece porque no basta con reducir los salarios, hay que invertir en tecnología (I+D). O para que lo entiendan, para que un país mejore la competitividad tiene que haber tres factores: mejora del capital físico (con más dinero y créditos) lo cuál no sucede aquí; mejora del capital tecnológico (más inversión en tecnología) y es un hecho que no es el caso; mejora en la formación de los trabajadores, algo falso en este país, donde cae la inversión en formación. Así que, sí, mejora la exportación y la productividad, pero todo gracias a la devaluación de los precios de las exportaciones y de los salarios, de las clases medias y bajas, de los más desfavorecidos. Lo que nos están vendiendo es una recuperación de los que pueden, de los que tienen ya, o cuanto menos, una recuperación de segunda", reflexiona el economista de un destacado servicio de estudios de una entidad financiera, que pide anonimato. Su opinión no es políticamente correcta con los informes que luego publican.

- Debilitamiento del poder de los sindicatos. "Los convenios, al desaparecer la ultraactividad -norma por la que se mantenían vigentes las condiciones de un convenio hasta que no se pactase uno nuevo-, han perdido fuerza y por lo tanto su capacidad negociadora está tan mermada que las condiciones salariales las impone la empresa", constata un abogado de uno de los despachos de laboral que han intervenido en la construcción de la reforma laboral, que añade que la indemnización media pactada se ha reducido también considerablemente. En concreto ha bajado un 20% la cuantía en los cuatro primeros meses del año, según datos del Ministerio de Empleo.

"En las citas con los potenciales inversores nipones o de cualquier otro país, Rajoy puede vender sin pudor -y por lo que sé así lo hacen- que en España los sindicatos han quedado absolutamente debilitados y, algo muy importante, que ya no queda nada indexado (referido) con el IPC: ni los salarios ni las pensiones. Se han cargado la obligación de subir los sueldos del trabajador con arreglo al aumento del coste de la vida, lo mismo que han hecho con las pensiones en la última reforma. Sí, Mariano puede vender que tiene mano de obra barata e incluso unos sindicatos muy debilitados, puesto que la negociación colectiva está finiquitada practicamente, pero también que esa mano de obra cada vez estará menos cualificada, porque lo que hemos avanzado en formación mejor de nuestros profesionales, nuestro mejor capital humano, se está yendo fuera. No es que no podamos pagarles lo que valen, es que no podemos pagarles nada. Nos quedan los nini y los parados de más de 50 años, que son una mano de obra tirada; seis millones de parados, aunque muchos de ellos no son recuperables. No, no creo que la inversión extranjera sea la única solución ni mucho menos, ni siquiera combinada con el turismo. Es una recuperación de segunda lo que estamos atisbando", se lamenta el economista de la entidad financiera.

En lo que coinciden todos los consultados es en que los los salarios más bajos animarán a los inversores extranjeros, lo que unido a unos trabajadores con una reducción brutal de los derechos sociales y laborales, resulta atractivo para algunas grandes multinacionales que exigen menor cualificación y flexibilidad absoluta del mercado laboral. Rajoy opta por jugar en segunda y en lugar de vender calidad, rebaja drásticamente las expectativas de varias generaciones formadas para competir en otra liga.

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero