El PSOE es un polvorín: "Veo muy difícil que Sánchez pueda salir de esto"
La presencia de Illa en Moncloa desata los rumores internos. Desde Sumar exigen al presidente “que no tire a la basura” lo hecho por el Gobierno.

Por primera vez, hay cargos socialistas que apuntan a la salida de Pedro Sánchez de la Moncloa. De esos que hasta hace apenas unos días ponían la mano en el fuego por él y seguían al dedillo los argumentarios oficiales. La sensación de que el hundimiento es inevitable se ha instalado en una parte del Gobierno. “Está muy negro”, en palabras de un ministro. Y de ahí que se susurren soluciones de emergencia, como un candidato de consenso.
Cada día es peor, reconocen en privado ministros y altos cargos del PSOE. Las sospechas de que saldrá “más porquería” y que afectará “a más gente” se multiplican de puertas para adentro. Es una “bomba de racimo”, según un diputado socialista. El jueves, afectó de lleno al Ejecutivo de Navarra con una María Chivite noqueada; el viernes, la Guardia Civil entraba en la sede nacional de Ferraz. También en el punto de mira, incluso de sus propios compañeros, el ministro Ángel Victor Torres o la presidenta del Congreso, Francina Armengol.
“Uno ya no sabe qué es verdad o qué no. El problema es que no se puede delimitar la crisis, no se puede acotar a nadie ni a nada. Y esto va muy rápido”, resume un destacado dirigente socialista. ¿Es el fin en términos políticos del presidente? “Sinceramente, veo muy difícil que pueda salir de esto. La legislatura está muerta”, concluye.

El paso del presidente por la Cámara Baja el miércoles alimentó la percepción de que está sobrepasado, incapaz de dar una respuesta a la crisis. Entre los suyos, pese a que la bancada socialista se levantó a aplaudirle, pero también entre sus socios. “No sé cuanto tiempo le queda”, afirmaba Gabriel Rufían, tras verse con Sánchez en Moncloa. “Está muy tocado”, reconoció.
Yolanda Díaz decidió no acudir ese día a la Carrera de San Jerónimo, evitando así una fotografía de apoyo al jefe del Gobierno. Su entorno dejó entrever que el motivo fue precisamente ese, que no quiso arroparle. La impresión entre cargos de Sumar es que Sánchez “tiene muy poco margen de maniobra”. Esto es, que el fin se acerca. Pero el vértigo a decirlo públicamente es enorme. “El que tiene que arreglarlo es él, no puede tirar a la basura todo lo que hemos hechos en cuestiones sociales”, inciden desde ese lado del Ejecutivo.
Si nada cambia, el presidente tiene previsto rendir cuentas en el Congreso el próximo 9 de julio. Hasta entonces, su intención es encapsularse y centrarse en la agenda internacional. Puso por escrito los mimbres, desafiando a la OTAN y rechazando ir más allá del 2% del PIB en gasto militar cuando la Casa Blanca considera prioritario alcanzar el 5%. Todos los discursos oficiales apuntalaron ese choque con Donald Trump, con el objetivo de controlar en algo la agenda.

El asunto se coló en las portadas el viernes. Pero, de repente, se filtró que Salvador Illa había estado en Moncloa reunido con Sánchez. Y, después, llegó la fotografía de los agentes de la UCO entrando en la sede del PSOE. “La opción de Illa es interesante porque es un candidato de consenso. Además, cuenta con el respeto de Felipe González o García Page, siempre han hablado bien de él”, analizaba un dirigente socialista, en conversación con este periódico. “No va a dejar la Generalitat”, terciaban desde el PSC. De él también ha surgido algunas grabaciones que pueden ser comprometedoras.
Con Sánchez recluido en Moncloa, los pocos ministros con agenda en los últimos días se afanaron en proclamar que el Gobierno funciona, que queda mucho por hacer y que la legislatura continuará su curso. María Jesús Montero es la que menos está rehuyendo a los medios. A la carrera, Félix Bolaños también pregonó la buena salud del Ejecutivo. “Cuatro magnates no van a obstaculizar el trabajo del Gobierno”, afirmó Emma López, otra de las caras visibles del PSOE estos días.

Desde el otro lado del tablero político, Alberto Núñez Feijóo también ve más cerca el fin de ciclo. “El régimen ha colapsado”, aseguran desde su entorno. En el PP la euforia se mezcla con la ansiedad ante lo que podría estar por llegar. “No tienen forma de escapar a esto, no van a poder pararlo. Han perdido por completo el control de la situación de la situación, están desbordados”, interpretan en la dirección del principal partido en la oposición.
El líder gallego cree que, antes o después, Sánchez va a caer. “El tiempo no le va a ayudar a ninguna remontada. Esto acaba de empezar”. Por lo que, a su juicio, solo queda esperar e insistir una y otra vez en la corrupción que rodea al presidente y exigir elecciones anticipadas. “Es la causa de corrupción más grave de la democracia”, proclamó Feijóo el viernes. En caso de abrirse las urnas, el PP ya ha dejado claro que no tiene ningún problema en pactar con Vox para acceder a la Moncloa.