Irene Montero: "El rearme y la OTAN ponen a España en peligro, solo sirven para hacer las guerras que Trump ordena"
El HuffPost entrevista a la eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero, un día antes de la celebración de la cumbre de la Alianza Atlántica.

"Sé que es pedirte mucho, pero sólo una mujer pacifista, valiente, patriota, va a poder hacer la tarea que tenemos por delante". La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, escogía estas palabras el pasado mes de abril para impulsar a la eurodiputada y exministra de Igualdad, Irene Montero, como candidata de una futura candidatura de izquierdas con la vista puesta en las próximas elecciones generales. El HuffPost recibe a Irene Montero (Madrid, 1988) este martes por la mañana, un día antes de una crucial cumbre de la OTAN en la que los países aliados se comprometerán - según los mensajes de Mark Rutte enviados a Trump - a un incremento militar del 5% (el Gobierno de España asegura haber conseguido que baste con un 2,1%, aunque el secretario general de la Alianza ha dicho que necesitará al menos un 3,5% para llegar a los objetivos propuestos). En Podemos, que solicitan la salida de la OTAN, creen que el informe de la UCO sobre el exnúmero 3 del PSOE Santos Cerdán ha sido la gota que ha colmado el vaso de una legislatura, defienden, que agoniza.
- Dicen que la legislatura está muerta, ¿por qué?
Porque este Gobierno no está haciendo nada de aquello para lo que fue elegido. Al contrario, las principales decisiones que está tomando - sin ningún tipo de debate o proceso de decisión del Parlamento - son decisiones absolutamente contrarias a lo que España ha votado y a lo que es España. Las principales decisiones de esta legislatura tienen que ver con el rearme, la defensa de los intereses de los rentistas y la complicidad con el genocidio.
El rearme es el proceso de militarización más grave de nuestra democracia y Sánchez se ha convertido en el presidente más belicista de la historia de la democracia. En estos años, nos han dicho que el rearme iba a servir para protegernos y para defendernos. Recuerdo muy bien a Borrell cuando decía que Europa era como un jardín que había que proteger de todas las amenazas externas. Ahora nos damos cuenta de que en realidad para lo que sirve el rearme, y la OTAN, es para hacer las guerras ilegales que Trump ordena. El rearme y la OTAN nos ponen en peligro, y Sánchez está poniendo en peligro a España firmando el acuerdo con la Alianza. En estos momentos, Israel y Estados Unidos son los dos mayores peligros para la seguridad del mundo y lo que está haciendo el presidente Sánchez es reforzar nuestra alianza con ellos.
La otra gran decisión ha tenido que ver con la inacción frente a la especulación en materia de vivienda. La crisis de vivienda es insoportable y este Gobierno ha decidido defender los intereses de los rentistas y no de los inquilinos.
Y, por supuesto, hay que hablar también de la complicidad con el genocidio. A pesar de todas las veces que Sánchez y el Gobierno han mentido, diciendo que apoyan a Palestina o que no se compraban o vendían armas, lo cierto es que las relaciones militares con Israel son más fructíferas que nunca.
Las principales decisiones de la legislatura no tienen nada que ver con lo que la gente votó. Cuando en 2023 se expresó la mayoría feminista, plurinacional y progresista en España, se hizo pensando en que la legislatura iba a ser parecida a la anterior, una legislatura de avance en derechos. Pero el presidente del Gobierno está haciendo todo lo contrario. Y ya cuando hemos visto este gravísimo caso de corrupción socialista... Eso deja absolutamente muerta políticamente la legislatura. Porque no son tres delincuentes. Esto no se podría haber llevado a cabo si no fuese porque los implicados eran los secretarios de Organización del partido y podían contactar con cualquier estructura municipal y autonómica, y también con los Gobiernos municipales y autonómicos. Su final [el de la legislatura] dependerá ya de la decisión personal y partidista del presidente del Gobierno, que a principios de este año decía que él iba a continuar con o sin apoyo del Parlamento o con o sin presupuestos.
- Si entienden que la legislatura está muerta, ¿cómo creen que serán estos dos años? ¿Confían en que se produzca ese giro social que Sumar ha exigido al PSOE?
Lo que este Gobierno está decidiendo ahora no es coyuntural. Son decisiones que van a condicionar no ya los próximos dos años, sino los próximos diez o quince. Estamos hablando de que este miércoles se va a firmar en la cumbre de la OTAN un gravísimo incremento del gasto militar. Nosotras estamos exigiendo al presidente que no lo firme y que saque a España de la OTAN para ponernos a salvo. Estamos hablando de que, como el propio presidente por fin ha reconocido, ese dinero para armas, para hacer las guerras que Trump ordena, va a salir de las pensiones y del sistema de salud. Van a desmantelar el Estado de Bienestar. Eso es lo contrario a la protección de los servicios públicos y lo contrario del avance en derechos. En estos días en los que el PSOE intenta quitar importancia a la corrupción, al rearme o a la complicidad con el genocidio y dice que se le siga apoyando porque si no viene la extrema derecha, se ve con mucha claridad que es lo contrario.
En España el único partido progresista que le ha dado una vez un Gobierno a la derecha fue el PSOE, y en estos años el PSOE ha estado mucho más preocupado de su izquierda, de decir que el avance de derechos era ruido o que las feministas molestábamos a los amigos de 40 o 50 años del presidente, que de ocuparse de la extrema derecha y los golpistas. Porque iban a por otros. En la guerra sucia se ve claramente. Cuando la guerra sucia era contra Podemos, contra los independentistas, contra las feministas o contra los antifascistas; ellos miraban a otro lado o apoyaban o legitimaban a los jueces. Creían que no les tocarían y han estado más preocupados de frenar los avances en derechos y de que su izquierda no tuviera poder que de frenar a los golpistas y a la extrema derecha. Y por esa vía lo que han hecho es justo lo contrario de lo que dicen ser. Le han puesto una alfombra roja a la derecha y a la extrema derecha, que ya manda en España, aunque no gobierne.
- ¿Hay que asumir, como ha dicho el presidente del Gobierno, que la corrupción cero es imposible?
No. Eso es lo que nos quiere decir el bipartidismo: que hay que elegir entre lo malo y lo peor, que hay que elegir entre la corrupción del PSOE o la corrupción del PP, entre el rearme del PSOE o el rearme del PP. En esas grandes decisiones, que no tienen ningún tipo de control democrático, el PSOE y el PP hacen exactamente lo mismo. Quizás con diferente intensidad, pero exactamente lo mismo. Siempre se ponen del lado de los de arriba, del lado de los que mandan, de las élites, nunca de los intereses de la gente que les vota.
El principal problema que tenemos ahora mismo es que España necesita lo contrario que el bipartidismo nos intenta ofrecer. Yo me niego a aceptar que hay que elegir entre lo malo y lo peor. España se merece mucho más, y claro que es posible la corrupción cero. Es lo que ha demostrado Podemos en todos estos años. Precisamente por eso nos echaron del Gobierno, por demostrar que se podía gobernar de otra manera. Y que tantas cosas que decían que eran imposibles, pues son posibles. Además, es bueno para España que pasen cosas que el bipartidismo no quiere. Es más urgente que nunca construir la alternativa con la experiencia de estos años. Si algo hemos demostrado es que sí, se puede. Si con esa fuerza que tuvimos en la legislatura que gobernamos con el PSOE hicimos posibles muchas cosas que no querían y han sido buenas para España, imagina si hay más fuerza.
Esa es la tarea política a la que nos enfrentamos: construir la alternativa a un sistema bipartidista que es corrupción, apoyo a una Monarquía corrupta, patriarcal, totalmente desfasada y antidemocrática y que siempre termina reproduciendo una estructura de poder en la que mandan más las constructoras y las grandes empresas de este país o los jueces golpistas que la gente votando. Eso se tiene que acabar y puede terminar. Podemos es el claro ejemplo de ello, aunque hayamos pagado un alto coste político por intentarlo, pero por ahí está la solución. La solución es lo contrario al PSOE y PP, es que haya una izquierda fuerte y con capacidad de acción política para que en España pasen los avances en derechos que el bipartidismo no quiere que ocurran.
- Si todo esto, la trama de corrupción o las políticas de rearme actuales, hubieran sucedido con Podemos en el Gobierno, ¿qué habrían hecho?
Ya lo hicimos. No tenemos que especular. Cuando el presidente del Gobierno decidió unilateralmente enviar armas a Ucrania, nosotras dijimos que esa decisión era un peligro y nos opusimos, y casi nos echan del Gobierno en ese momento. De hecho, además de los avances feministas, la defensa de la paz y del no a la guerra; son los dos grandes motivos políticos por los que el PSOE nos hace la operación Sumar y nos echa del Gobierno. Eso, y como ahora estamos descubriendo con los chats, por la defensa de los derechos de las inquilinas e inquilinos. Era algo que les traía de cabeza.
Nuestra experiencia demuestra que es posible lo que el PSOE y el PP dicen que es imposible: subir el SMI, hacer una ley Trans, una ley Solo Sí es Sí, una ley de Vivienda, poner tope al gas... Lo que hay que hacer es empujar con más fuerza esa alternativa. Hemos demostrado no solo que tenemos derecho a soñar, sino que podemos hacer los sueños realidad.
- Hay quien habla de una pinza entre Partido Popular y Podemos para atacar al PSOE y al Gobierno. ¿Qué le diría a quien piensa así?
Que el único partido en nuestro país que ha facilitado un Gobierno del PP es el PSOE. Si miramos las principales decisiones de estos años, en términos políticos, quienes están de acuerdo son el PSOE y el PP. El problema de nuestro país sigue siendo el bipartidismo. En Europa se ve con meridiana claridad. ¿Rearme? PP y PSOE votan a favor. ¿Que se incorpore por primera vez a la extrema derecha de Orban y Meloni en la Comisión Europea? PSOE y PP votan a favor. Al final, en las grandes decisiones, PSOE y PP están siempre de acuerdo. Por eso no es una cuestión de manzanas podridas, sino de una estructura de poder. Como lo de Acciona en el caso del PSOE, que tiene a un exjefe de la UCO condenado por torturas y está también en las tramas corruptas del PP.
El problema es el bipartidismo, una trama de poder en la que las grandes empresas compran a políticos que, a cambio de mordidas, terminan dando adjudicaciones de obra pública. Eso es un gran robo a mano armada. Pero también lo es el rearme. En realidad, se trata de que los impuestos que la gente paga con su esfuerzo, trabajando mogollón de horas, en lugar de ir para los servicios públicos, terminen en los brazos del complejo industrial estadounidense o europeo. Necesitamos que la mayoría electoral feminista, progresista y plurinacional, que existe en España, se exprese, pero ya no bajo el liderazgo del PSOE, que es más parte del problema que de la solución.
- Con todo, si ahora hubiera elecciones, todas las encuestas apuntan a una mayoría de la derecha y de la extrema derecha. ¿No hay también una responsabilidad en la izquierda más allá del PSOE?
Yo creo que nosotras tenemos la responsabilidad de construir una alternativa y de traer de vuelta a España una izquierda que tenga poder, que tenga capacidad de acción política. Por eso, toda la estructura de poder profundo, no solo la derecha, ha tenido como máxima prioridad en estos años acabar con esa autonomía política y con esa capacidad de acción política, con ese poder de la izquierda, de las feministas y de los movimientos sociales que se expresó con mucha fuerza en el 15M y tuvo después una traducción electoral con Podemos. Hubo que hacer cuatro elecciones generales para que el PSOE aceptase lo que las urnas decían insistentemente, que había que hacer un Gobierno de coalición. Por el camino, se buscó la solución de la gran coalición o de un Gobierno a tres que defendía la progresía, con Joan Baldoví o Gaspar Llamazares firmando comunicados muy intensos. Nos intentaron hacer en 2019 también la operación Errejón para intentar que la izquierda no tuviese el poder suficiente. Pero cuando todo eso no fue posible, aceptaron que entrásemos en el Gobierno y a partir de ahí se rompió una cláusula de exclusión histórica que hizo que el sistema intentara terminarlo cuanto antes, que se convirtiera en una anécdota histórica. Y nos montan la operación Sumar, que en el fondo ha consistido en comprometer las posibilidades de transformación.
La operación Sumar le ha quitado a la izquierda y a las feministas la fuerza suficiente para impulsar las transformaciones, y ha vuelto a una dinámica bipartidista que saca su lado más oscuro. ¿Qué responsabilidad tiene la izquierda? La izquierda tiene la responsabilidad siempre de ser lo más fuerte posible. Pero... si con un rocecito que le han hecho al presidente del Gobierno, se tuvo que ir cinco días a reflexionar, que se imagine la gente cuál es el efecto que tuvo la guerra sucia, judicial, mediática, impulsada no solo desde los sectores más de derechas o más reaccionarios de la sociedad, sino también apoyada por la progresía mediática y política... El milagro es que siga existiendo izquierda en España. Ese es el gran drama. Eso es lo que inhabilita al PSOE para ser parte de la solución. Pudiendo haber sido parte de la solución, ha decidido ser parte del problema...
- Ahora son también víctimas.
Claro, es que a los golpistas les das la mano y te cogen el brazo.
- El rearme no solo lo exige la OTAN, sino que la UE, a través de la Comisión Europea, ha anunciado también un plan de 800.000 millones de euros. Si de la OTAN hay que salirse, defienden, ¿qué hay que hacer con la UE, donde hay consenso sobre la necesidad de rearmarse?
Básicamente hay que dedicar ese dinero, que por fin ha aparecido, a avanzar en derechos y en políticas sociales. Y hay que negarse a aplicar esos planes de rearme y esos acuerdos con la OTAN, que solo sirven para hacer las guerras que Trump ordena. El compromiso de Sánchez y de este Gobierno con la OTAN se produce un día después de que Estados Unidos atacara ilegalmente a Irán junto a Israel. Y el ministro de Exteriores, en lugar de condenar un ataque ilegal, le pide contención al país agredido y reproduce una propaganda de guerra que suena a las armas de destrucción masiva y a la propaganda del PP en Irak, ahora con armas nucleares, cuando Irán, según todos los organismos internacionales, y según Estados Unidos, no tiene armas nucleares. Quienes sí las tienen son los dos países agresores. El único país del mundo que se ha atrevido a lanzar una bomba nuclear ha sido Estados Unidos. Son un peligro. Estados Unidos está usando las bases de Morón y de Rota para enviar fuerza militar a los genocidas y para el ataque ilegal a Irán. Eso nos pone en serio peligro.
La gente en España tiene muy presente lo que supuso Irak y lo que supuso el 11M, porque las guerras las pagan los pueblos, con su sufrimiento, con el desmantelamiento de los servicios públicos y con durísimos recortes. Frente a eso, España debe ser un país de paz, del no a la guerra. No queremos otro Irak, ni otro 11M. No queremos que Sánchez se haga otra foto de las Azores, pero en lugar de con Bush y Blair, con Trump, Von der Leyen y Meloni. Eso compromete el futuro de nuestras hijas y nuestros hijos.

- ¿Qué debería entonces hacer Sánchez en la cumbre de la OTAN?
No firmar. No firmar ese acuerdo, sacar a España de la OTAN y revocar de inmediato la autorización de uso a Estados Unidos de las bases españolas, porque son soberanas. Y practicar un embargo de armas a los genocidas, que es algo que no requiere ni la autorización del Parlamento. Puede hacerlo ya el Consejo de ministros. ¿Por qué no lo han hecho? ¿Por qué esta hipocresía criminal? ¿Por qué piden a Europa que revoque el acuerdo de asociación con Israel, que hay que hacerlo, mientras no son capaces de hacer lo que sí pueden hacer, como un embargo total de armas y romper las relaciones diplomáticas y comerciales, como piden los tribunales de La Haya?
- ¿Por qué? ¿Cuál cree que es la respuesta?
Porque no quieren pagar el coste político de oponerse a unas élites europeas y estadounidenses que están mandatando y siendo cómplices de ese genocidio y que quieren llevarnos a la III Guerra Mundial con tal de seguir siendo los dueños del mundo.
El Gobierno está entregando nuestra soberanía a un país como Estados Unidos, un país que ha financiado grupos terroristas en Oriente Medio, que ha organizado golpes de Estado en América Latina, que lleva décadas sometiendo a un embargo criminal a Cuba, que lleva dos años apoyando militarmente un genocidio... Es un momento en el que necesitamos ir a la raíz de lo que somos. Y España es un país de paz, que ha gritado al mundo 'no a la guerra'. Eso es lo que toca defender ahora, aunque tenga un coste político alto. Hay que enfrentarse a unas élites que quieren hacer un negocio de oro con el rearme. Es un negocio redondo. Tú con el dinero de la gente pagas las guerras que sufre el pueblo y después te compran en la industria militar. Y eso ha pasado con los ministros de Defensa del PP, con los ministros de Defensa del PSOE y ha pasado con el número dos de Industria de Pedro Sánchez. Pues tiene que haber una alternativa a eso. Yo sé que parece difícil de ver, pero estos años es justo lo que hemos demostrado. Si hay una fuerza más poderosa que ese poder del bipartidismo corrupto monárquico, es el poder de la gente, el poder de un pueblo que se organiza y dice hasta aquí. ¿Por qué vamos a ir a una guerra que no es nuestra si nosotros somos un país de paz? Si quieren guerra, que la paguen ellos. Si quieren guerra, que vayan ellos.
- Hace meses, Javi López, el vicepresidente del Parlamento Europeo, me decía que, para que haya paz, hay que tener poder de disuasión. Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, y Kaja Kallas, la alta representante de la UE, han dicho que deberíamos aprender ruso si no hay rearme. ¿Cómo se puede luchar contra el miedo que se ha instalado en la sociedad?
Ese es el discurso que reproduce tanto el PSOE como el PP, como todas las élites europeas, de que el rearme sería para defendernos. ¡Qué increíble que Europa se crea con la capacidad, mientras está siendo cómplice de un genocidio, de dar lecciones de derechos humanos! Pero más allá de eso, el discurso que ha reproducido el bipartidismo en España y las élites europeas es ese. Todo lo que tenemos alrededor son amenazas y por tanto hay que rearmarse para defenderse. Lo que pasa es que ahora vemos con mucha claridad que eso es mentira. ¿Para qué está sirviendo el rearme? ¿Para qué está sirviendo la alianza criminal que es la OTAN? Está sirviendo para que Trump pueda atacar ilegalmente Irán porque así lo quiere y así lo decide usando las bases militares españolas.
La idea de que no hay alternativa, de que hay que hacerlo porque es lo que toca es igual a lo que hizo el Partido Socialista hace 15 años junto al Partido Popular, cuando hicieron una gran coalición de austeridad y nos intentaron decir que no había alternativa, que había que pagar antes a los grandes servicios financieros internacionales que los derechos sociales y los servicios públicos, y que había que hacer duros recortes porque habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pues igual que hace 15 años era una gran coalición de austeridad, ahora es una gran coalición de guerra.
- Con el ataque a Irán, da la sensación de que lo de Palestina ha quedado un poco relegado, u oculto.
Desde luego, hay un intento de girar la propaganda de guerra para, como decía el canciller alemán, poder lavar la imagen de los genocidas y de un Estado terrorista como es Israel. Las élites europeas no solo no condenan los ataques de Israel, sino que le dan apoyo militar, político y siguen reproduciendo la propaganda sionista de que Israel tiene derecho a defenderse. Y aquí lo que hay son dos países, Estados Unidos e Israel, que tienen armas nucleares y que están atacando ilegalmente, violando el derecho internacional, la Carta de Naciones Unidas, la Convención de Ginebra... Sí, claro que yo creo que hay un intento de lavado de cara del Estado terrorista de Israel y un intento de suavizar o lavar la imagen de un genocidio que es espeluznante, que es insoportable para la inmensa mayoría de la humanidad, para intentar decir “bueno, esto no es para tanto, porque en realidad lo que está haciendo Israel es librar una batalla, hacer el trabajo sucio para que podamos seguir viviendo en libertad”. ¡Qué participación tan criminal, qué participación tan asquerosa en un momento tan delicado de la historia!
- Volvamos a España. La pregunta de rigor... ¿Hay que unir a la izquierda?
Yo creo que ahora mismo la tarea de la izquierda es política. La izquierda tiene que tomar conciencia de que el bipartidismo es el problema y de que no hay por qué resignarse, que en estos años si algo hemos demostrado es que a pesar de que se paga un gran coste político, es posible que haya una izquierda con poder, con capacidad de que pasen cosas y de que se avance en derechos. Ese es el trabajo, dejar atrás ese discurso con el que ha machacado la progresía estos últimos años, que todo lo que hace la gente para avanzar en derechos está mal: ir a una mani está mal, hacer huelga está mal, hacer ruido está mal. Todo lo que sirve para avanzar en derechos está mal. Nos han querido acomplejar y yo creo que la izquierda se tiene que recuperar. Tenemos que recuperar el orgullo de ser lo que somos. Sí, somos feministas; sí, defendemos el derecho a la libertad sexual; sí, reconocemos que hay una ofensiva judicial machista, reaccionaria, también mediática, contra los derechos de las mujeres; sí, queremos que los ricos paguen lo que les corresponde; y sí queremos que haya servicios públicos fuertes. Y no, no queremos rearme. No queremos guerra. No queremos enviar armas. No queremos más belicismo. Queremos paz. Y si esa tarea política está hecha, las alianzas van a caer por su propio peso.
- El otro día Gabriel Rufián respondió con una foto suya a una persona que decía que él sería quien mejor podría unir a la izquierda. ¿Qué quería decir?
Eso se lo tienes que preguntar a él. Nosotras estamos siendo muy claras con lo que queremos para España. Nosotras creemos que es necesario que en España haya una izquierda fuerte y un espacio feminista, progresista, plurinacional, fuerte y con poder institucional, porque solo así vamos a poder hacer que pasen cosas y que avancemos en derechos que el bipartidismo no quiere.
En Podemos tenemos clara cuál es nuestra hoja de ruta y yo estaré a disposición para presentarme como candidata a las siguientes elecciones generales, pero sabiendo que la tarea es mucho más amplia que construir solo una candidatura. Tenemos que hacer que la gente en España vuelva a estar orgullosa de ser de izquierdas y orgullosa de ser feminista. Que cuando nos digan que hemos ido demasiado lejos, respondamos: “Esto no ha hecho más que empezar. Quienes van demasiado lejos son los golpistas, son los machistas”. Que la gente no se resigne porque el fascismo es hijo también del malmenorismo, del no se puede.
Cuando la gente se resigna a que otro mundo es posible, juegan con las reglas de un mundo cruel y asqueroso en el que te invitan a pelear el último contra el penúltimo. La gente tiene que saber que hay esperanza.
- ¿Le da más miedo o más esperanza la España que pueda venir?
Yo creo que Angela Davis es la que mejor responde a esa pregunta. Frente a la desesperanza finita, nosotras tenemos que anteponer una esperanza infinita de que otro mundo es posible y que podemos cambiar las cosas. Si hay una fuerza más poderosa que esa estructura de poder reaccionario, es la fuerza de la gente organizada y pidiendo más democracia. Y eso es lo que nosotras tenemos que conseguir. Esa es la pregunta que también se está haciendo en España en los últimos años. Lo que se están preguntando los jueces en este país es: ¿Quién manda aquí? Y lo que están diciendo es: “Mire, en este país hay un proceso formal de voto cada cuatro años, pero usted tiene que saber que hay empresas que mandan más que un presidente del Gobierno y que el Parlamento, y también jueces que mandan más que el presidente o que el Parlamento. Y nosotros queremos seguir mandando”. Eso es lo que explica la guerra sucia, judicial y mediática y que haya tantos poderes empresariales y judiciales dando una batalla contra la democracia, cuestionando decisiones del Parlamento legítimas, robando escaños como a Podemos. Con eso hay que romper.
Yo tengo esperanza, aunque sé que es difícil. No lo digo desde la ingenuidad. Sé que se paga un coste político altísimo por decir verdades y por hacer las cosas que dices que vas a hacer. Sin ser ingenua, me quedo con esas palabras de Angela Davis. Sé que hay desesperanza finita, pero a eso hay que ponerle una esperanza infinita en que la fuerza más poderosa, más que esa estructura de poder corrupto, es la gente que se organiza y que pide más democracia.