Sánchez y Feijóo vuelven a reunirse 447 días después de su último encuentro
El presidente del Gobierno y el líder de la oposición se han visto de nuevo las caras en Moncloa, aunque el encuentro no ha durado más de treinta minutos. "Salimos igual que entramos", dicen fuentes del PP

Como diría el maestro Sabina, han sido necesarias casi 500 noches para que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo hayan vuelto a reunirse. La última vez fue a finales del año 2023, poco después de que el líder socialista lograra sacar adelante su investidura tras las elecciones generales del 23-J. Tal como ha ido contando El HuffPost en estos últimos meses, la relación entre ambos líderes es prácticamente nula y no hay intercambios de llamadas y mensajes. Tampoco la comunicación entre sus equipos es fluida.
En este clima de total desconfianza, Sánchez y Feijóo se han visto de nuevo las caras este jueves a las 10.00h. en el Palacio de la Moncloa. El presidente del Gobierno ha citado al líder de la oposición para hablar sobre seguridad europea y gasto en Defensa dentro de la ronda de consultas que Sánchez tendrá con todos los líderes de los partidos con representación en el Congreso, a excepción del excluido Vox. "Salimos igual que entramos", han dicho fuentes del PP a la conclusión del encuentro.
La difícil coyuntura internacional, agravada con los vaivenes y las amenazas de Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca, ha sido la artífice del sexto encuentro entre Sánchez y Feijóo después de que el líder del PP asumiera el control de su partido en abril de 2022. Ni siquiera la reforma del artículo 49 de la Constitución o el desbloqueo del CGPJ sirvieron como excusa para que ambos dirigentes se reencontraran a lo largo de 2024. Y la reunión de este jueves no ha durado más de treinta minutos, tal como figuraba en el orden del día.
En las últimas horas, el PP se ha quejado de la brevedad del encuentro ("La seguridad nacional no se abordará en un trámite de 20 minutos" replican desde Génova) y de que el encuentro tuviera lugar en Moncloa y no en el Congreso o en Ferraz, al considerar que Sánchez no habla en nombre del gobierno de coalición. Recuerdan, en ese aspecto, que Sumar está en contra de un aumento del gasto en Defensa. Una posición compartida con otros socios del Ejecutivo en el Congreso, como Bildu, ERC, Podemos o BNG.
"Probablemente no hay ninguna materia ya en la que este Gobierno sea capaz de tener una posición única, ni para los temas nacionales ni para los temas exteriores. Es un Gobierno enfrentado con el Gobierno y las consecuencias no las paga el PSOE y Sumar: las pagamos el conjunto de los españoles y la credibilidad internacional de España", decía este lunes el portavoz del PP, Borja Sémper.
Cinco reuniones previas en casi tres años
En este hostil clima, lejos quedan las esperanzas de entendimiento y concordia que se abrieron entre PSOE y PP una vez que Pablo Casado, con quien Sánchez tampoco mantenía buena relación, fue defenestrado. Tras el Congreso Extraordinario del PP, el presidente del gobierno felicitó de forma pública al dirigente gallego por su nombramiento con la voluntad de mejorar sus relaciones con la oposición. "Enhorabuena a Alberto Núñez Feijóo por su elección como presidente del Partido Popular. En estos tiempos complejos, trabajar con unidad y responsabilidad por el bien común de la ciudadanía debe ser una prioridad de todos y todas", escribió en Twitter.

Sólo cinco días después, el presidente del Gobierno y el del PP se vieron en Moncloa. Fue su primer encuentro como presidente y líder de la oposición. La reunión entre ambos fue "cordial y amable", y desde el Ejecutivo se alegraban de que Feijóo se mostrará "más receptivo" que Casado. Sin embargo, ya por entonces Sánchez lamentó que aquella cita acabara "con más incógnitas que certezas" y el expresidente de la Xunta consideró que la reunión había sido "menos fructífera" de lo que a él le "hubiese gustado".
En los meses posteriores fue notable el distanciamiento entre ambos. De hecho, Feijóo criticó públicamente que Sánchez no le hubiera llamado para ser informado de la evolución de la guerra en Ucrania o de las medidas implementadas para aliviar las consecuencias de la misma. "Ni una sola llamada", se quejaban desde Génova. Los duros enfrentamientos en el Senado ampliaron dicha brecha.

El 10 de octubre, casi medio año después de aquella primera reunión, Feijóo volvía a pisar Moncloa para discutir con Sánchez el bloqueo del poder judicial tras la dimisión de Carlos Lesmes como presidente del Supremo y del CGPJ. El encuentro duró casi tres horas, pero los dos líderes salieron con ideas muy diferentes de la reunión. Mientras Feijóo hablaba en Twitter de un acuerdo para renovar ambos órganos e incluso para modificar el sistema de elección de los jueces, el ministro de la presidencia, Félix Bolaños, sólo anunció la concesión de "un último intento" a las negociaciones. Un gesto infructuoso dado que, dos semanas después, Feijóo se levantó de la mesa ante las voces críticas de dirigentes como Isabel Díaz Ayuso, que veían con recelo llegar a un acuerdo con el Gobierno en esta importante cuestión.
Un día antes de aquella decisión, Sánchez y Feijóo hablaron durante una hora aproximadamente. Pero después de romper la negociación, volvió el silencio entre ambos. Ni siquiera hubo fácil entendimiento para los debates que se intentaron organizar de cara a la campaña de las generales. Los equipos de ambos partidos apenas coincidieron en la fecha para el debate de Atresmedia y Feijóo se ausentó del debate 'a cuatro' de RTVE.
Tras el 23-J, los populares filtraron que Sánchez había mensajeado a Feijóo y que éste le emplazó a mantener contactos "para evitar el bloque político". La propuesta formal llegó una semana después a través de una carta en la que Feijóo pidió a Sánchez una reunión. La negativa del socialista vino acompañada de cierta sorna por el "Estimado Pedro" que el líder del PP había empleado en la misiva para acercar posturas.
Sánchez tuvo que ceder cuando Feijóo fue designado por el rey como candidato a la investidura, y lo mismo ocurrió cuando el socialista recibió dicho encargo. Ambos encuentros fueron infructuosos. En el último, de hecho, Sánchez acusó a Feijóo de "agitar la calle" por las diferentes manifestaciones que tuvieron lugar contra la amnistía a los implicados en el procés.

El último encuentro, ya con Sánchez investido presidente, fue el del 22 de diciembre de 2023 en el Congreso. Ahí hablaron sobre la reforma del artículo 49 y el desbloqueo del CGPJ con la intermediación de Bruselas, asuntos que acabaron cumpliéndose en los meses posteriores, pero no hubo entendimiento sobre financiación autonómica y amnistía.
Desde entonces, la estrategia del PP ha pasado por una dura ofensiva en la que Génova ha usado la situación judicial de la mujer y del hermano de Pedro Sánchez para atacar al Gobierno, además de intentar dinaminar la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta europea o de dar credibilidad a las acusaciones de Aldama. Los populares, mientras, se quejan de la falta de información que el Ejecutivo transmite al principal partido de la oposición, especialmente en todo lo relativo a la DANA que dejó más de 220 muertos el pasado 29 de octubre en diferentes zonas de Valencia.
Hoy, ambos han vuelto a encontrarse con pocas expectativas de concordia, aunque el PP es favorable al aumento del gasto en Defensa. Sin embargo, desde Génova advierten de que el Gobierno no puede recurir a ellos sólo cuando sus socios le den la espalda.