Fukushima: las pequeñas cosas del accidente nuclear

Fukushima: las pequeñas cosas del accidente nuclear

Greenpeace

Tal día como hoy en 2011 comenzó el desastre nuclear de Fukushima, liberando una cantidad de material radiactivo de unas 168 veces el de la bomba atómica en Hiroshima. Esta contaminación sigue planteando serios riesgos para la salud de la población, en particular las mujeres embarazadas, los bebés, la infancia, y las generaciones más jóvenes todas ellas más vulnerables a los daños de la radiación.

Durante seis años la mayoría de las informaciones sobre Fukushima se refieren al estado de los reactores nucleares (que todavía sigue sin conocerse con precisión), a los sistemas para contener los escapes masivos y continuos de agua contaminada (que no ha parado de producirse en todos estos años), el reinicio del resto de reactores en Japón (en la actualidad sólo hay tres funcionando), pero los impactos sobre las personas son mucho más desconocidos.

Los grandes titulares a veces tienen poco impacto en las vidas de la gente, pero las pequeñas cosas sí que lo tienen. Por ejemplo debido a que el gobierno elevó el límite de exposición a la radiación veinte veces por encima del límite para el público, en base a las normas internacionales recomendadas, muchas personas están expuestas. Pero aún hay más, en las zonas donde este "sobre-límíte" era sobrepasado el gobierno está realizando una descontaminación, que no lo es, pero que permitirá decir 'objetivo conseguido' y adiós a las ayudas económicas para los evacuados. Vuelta a casa y aquí no ha pasado nada. Así sin más les dejan expuestos a la radiación, sin recursos y les devuelven a un lugar contaminado para que vivan el resto de tu vida.

Durante la emergencia y evacuación, al igual que en todos los desastres, las mujeres se enfrentan a múltiples violaciones graves de sus derechos incluida la violencia sexual.

Además si las pequeñas cosas de la vida no son noticia, la especial vulnerabilidad de la infancia y de las mujeres ni siquiera se considera. Durante la emergencia y evacuación, al igual que en todos los desastres, las mujeres se enfrentan a múltiples violaciones graves de sus derechos incluida la violencia sexual. Posteriormente el aumento gravísimo de la brecha salarial, que en Japón es de casi del 50% en los trabajos a tiempo parcial, se ha cebado en Fukushima. Las compensaciones económicas se han dado a los hombres, como cabezas de familia.

La infancia es mucho más vulnerable a los efectos de la radiación que los mayores, y en especial bebés y niñas son más vulnerables a los efectos de la exposición a la radiación que sus homólogos masculinos y /o adultos, pero todo eso no importaba hace 6 años, y no parece que vaya a importar mucho ahora.

Desde algunas organizaciones, como Greenpeace, hemos escrito a Naciones Unidas, para que tome cartas en este asunto. Si para ti las pequeñas cosas importan, puedes sumarte a nuestra petición en defensa de los derechos humanos de los supervivientes de Fukushima.