Starmus, una patada en España y acaba en Noruega

Starmus, una patada en España y acaba en Noruega

No encuentro palabras para definir lo que ha ocurrido con el Festival Starmus en España. No las encuentro porque me produce una tremenda tristeza que este país haya dado una patada a un evento de estas características, tan potente que lo ha lanzado hasta Noruega. Allí, ha caído en blando, sobre unos brazos abiertos, porque allí no tienen políticos ni empresas tan cerriles como las que tenemos aquí.

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No encuentro palabras para definir lo que ha ocurrido con el Festival Starmus en España. No las encuentro porque me produce una tremenda tristeza que este país haya dado una patada a un evento de estas características, tan potente que lo ha lanzado hasta Noruega. Allí, ha caído en blando, sobre unos brazos abiertos, porque allí no tienen políticos ni empresas tan cerriles como las que tenemos aquí. Pero no sólo maltratamos, es que encima culpamos al organizador, el astrofísico Garik Israelian, de que se fiara de los compromisos contractuales, de que pensara que no le iban a dejar en la estacada.

No voy a recordar todo lo que ya conté un mes antes del evento, celebrado a finales de junio, cuando quedó patente que de nuevo algo no iba bien a nivel financiero con Starmus durante la rueda de prensa de presentación. Podéis leerlo aquí lo que se dijo entonces. Lo único que he sabido después es que fue un éxito de afluencia, que todos los asistentes quedaron encantados y que el Cabildo de Tenerife, presidido por Carlos Alonso, no consiguió los patrocinios de algunas grandes empresas por 350.000 euros, a lo que se había comprometido y que no ha negado. En concreto, me refiero al de las grandes empresas ITER y ATOS, cuyos responsables sí corrieron a hacerse con el científico Stephen Hawking.

Me sorprende que prácticamente ningún medio de comunicación español se preocupara, salvo de pasada, de unos problemas financieros conocidos desde entonces y que ponían en riesgo su continuidad, al menos en España; que en sus tres ediciones no tuviera apoyo del Gobierno central (salvo también para ir a hacerse la foto con grandes genios del planeta); y que ninguna de las grandes empresas de este país quisiera ligar su marca a un encuentro de este nivel, que no ha dejado de crecer y pasará a la historia de la divulgación científica. Guste a unos su formato o no guste. Y parece que a los noruegos sí les parece estupendo.

Desde luego, me consta que ninguno de los grandes empresarios del IBEX35 podrá decir que no se les contactó, pero unos quisieron aprovecharse de la presencia de algunos famosos (como Hawking) sin poner un euro y otros ni se molestaron en abrir la puerta, en contestar a una carta, a una llamada o a un email. Así de patético es este país. Así de triste.

Como ciudadana que paga impuestos, prefiero que se financien estos eventos con mi dinero antes de que vaya para las ayudas públicas al fútbol.

Leo en algunos medios que el Cabildo de Tenerife dice en torno al 80% de la financiación de Starmus ha sido pública. También leo (no en los medios) que Starmus lo niega (en su Facebook ha hecho un comunicado) y que más del 50% se ha financiado con las entradas. Y leo en los medios que resulta que tiene deudas en Canarias por pagar. Pero vamos a ver, si alguien se compromete (y no de palabra, que se las lleva el viento) a hacer algo que luego no hace (como quedó claro en la presentación) y eso afecta al balance, final ¿de quién es la culpa? Desde luego, así se hunden iniciativas en este país de pandereta.

Con todo lo anterior, no me sorprende que el Festival Starmus tuviera otras novias más cariñosas. Más de una, según tengo entendido. Y no sólo por la resonancia mundial del evento (incluyendo páginas en el New York Times y National Geographic o BBC, por mencionar algunas publicaciones), sino porque eran muchos los jóvenes (mayoritariamente canarios) que esperaban cada año la oportunidad de acercarse a la ciencia de más alto nivel durante una semana. Los canarios, por 350 euros, y los demás por 500 (si se sacaban con antelación). Si hubieran costado 1.000 euros, seguramente se habría financiado sin ese apoyo público. Pero en ese caso, ¿qué jóvenes hubieran ido? Y por otro lado, ¿alguien en España tiene capacidad de movilizar a los mismos personajes que Garik Israelian?

Como ciudadana que paga impuestos, prefiero que se financien estos eventos con mi dinero antes de que vaya para las ayudas públicas al fútbol, mucho más millonarias, a la banca (de las que hemos recuperado el 5%) o a mordidas de partidos políticos corruptos. Eso por no hablar de la Iglesia. Puestos a elegir.

No sé si Starmus 2018 será o no en España, o en Canarias. Pero tal como van las cosas, mucho me temo que no.

Pero vamos, es sólo otra gran iniciativa española, de un emprendedor, que se va fuera.

Con políticos y empresarios como los de ahora, Colón no habría descubierto América para el resto del mundo. Fijo.

Este post fue publicado originalmente en el blog de la autora

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Soy periodista de divulgación científica y ambiental, también interesada en temas de índole social. Durante 21 años he trabajado en el diario 'El Mundo', hasta que llegó el último ERE. Ahora, colaboro con 'Reserva Natural', de RNE 5, el periódico 'Escuela', la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y otros medios como 'freelance', a la espera de tiempos mejores. Autora del blog Laboratorio para Sapiens.