Nómadas digitales: dejar tu trabajo para viajar y acabar limpiando retretes

Nómadas digitales: dejar tu trabajo para viajar y acabar limpiando retretes

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Suena el despertador como cada mañana. Vas al trabajo a cumplir la misma rutina de cada día. En un descanso entras en Facebook y descubres el perfil de una persona con fotos disfrutando de un mojito en una hamaca del Caribe, probando comida exótica en Asia y buceando en Australia. Junto a todas esas fotos siempre la misma etiqueta: "aquí, en la oficina".

Son los 'nómadas digitales', una especie de super mujeres y hombres que se atrevieron a dejar ese trabajo monótono para comerse el mundo. Según vas leyendo descubres que para cumplir ese sueño sólo necesitas un ordenador, una conexión a internet y ganas de vivir aventuras inolvidables. - ¿Te atreves a dar el cambio? - , - ¡Si yo he podido, tú también puedes! - y lo mejor de todo es que - ¡te enseño como ganar dinero mientras viajas! -

Parece que la idea de dejar ese trabajo que te mantiene 10 horas al día pegado a una silla por una vida llena de emociones empieza a rondarte la cabeza. Perfecto. No eres la primera persona que ha tomado esa decisión.

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Los bloggeros Chanel Cartell y Stevo Dirnberger relatan en su artículo Why We Quit Our Jobs in Advertising to Scrub Toilets cómo dejaron sus cómodos y monótonos trabajos de publicistas en Johanesburgo para viajar por el mundo. Al igual que los gurús 2.0 del éxito rápido, ellos también explican como se pagaron ese viaje: limpiando retretes a cambio de alojamiento.

Maquillar la soledad con la sensación de libertad es un sentimiento muy presente entre los que se lanzan a esta aventura. Ricardo es un joven colombiano que, harto de despachar en el negocio familiar, se fue a recorrer América Latina. Lo conocí en un hostel de Guatemala donde era el guarda nocturno. Mi idea es montar algo que me permita viajar y no tener que pasarme los meses aquí metido. Pero esa idea nunca llegaba y se pasaba las noches en el hostel a cambio de cama y dinero de bolsillo para la manutención. Lo peor es que no conoces a nadie. La gente llega y a los dos días se va. Pero no me importa porque puedo hacer lo que quiera con mi vida.

El éxito, si es que algún día llega, lo hace pasado el tiempo, mucho tiempo y no en las dosis que pensábamos. Lo hace a cuentagotas. Imposible llenar así un vaso. Tras muchos años de duro trabajo, Irene llegó a ver el sagrado cáliz del éxito, pero no alcanzó a tocarlo. Su blog generaba ingresos y obtenía muchas colaboraciones. Insuficientes para las miles de horas que sus ojos pasaron frente a la pantalla del ordenador escribiendo artículos y editando fotos. Su aventura de nómada digital terminó en India. Para llegar a fin de mes y poder alquilar una sencilla casa sin muebles, empezó a dar clases de español. Irene atravesó esa línea que convierte a un nómada digital en un expatriado con una nueva rutina a miles de kilómetros de su casa.

Aguantar para disfrazar un fracaso es otro de los dramas de los nómadas digitales. Ruth nunca se arrepiente de su viaje por Nueva Zelanda. - Estaba harta de mi trabajo de enfermera, lo dejé con mi pareja de toda la vida y el cuerpo me pedía volar. - Con un toque de autocrítica, Ruth reconoce que andaba como pollo sin cabeza por el mundo de los nómadas digitales. El blog que abrió para contar su experiencia y obtener algún ingreso sólo lo seguía su familia. Después intentó asesorar online en temas de salud y viajes, pero nadie contrataba un servicio que lo daban gratis en cualquier lugar. Su aventura como nómada digital duró tanto como sus ahorros. -Menos mal que pedí una excedencia y puedo volver al trabajo. El problema de Ruth fue la causa que la movió a dar el paso. Cuando huyes de algo que no te gusta, no sueles encontrar lo que buscas.

Si algo está revolucionando a los millenials es el fenómeno YouTube. Jonatan y Cristina seguían fascinados las aventuras de muchos youtubers de viajes y no duraron en seguir sus pasos. Después de cuatro viajes y treinta vídeos, un día se graban en el comedor de su casa para contarnos –Chavales, dejamos de ser 'youtuber' de viajes. Nuestro sueño era dejar nuestros trabajos para dedicarnos a esto, y aunque hemos puesto todo nuestro esfuerzo e ilusión, los resultados no aparecen.-

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La última vez que supe algo de Ricardo era que estaba de guarda nocturno en un hostel de Brasil, el cuarto desde que empezó su aventura. Irene está a punto de tener su tercer grupo de alumnos de español y vive preocupada de que el gobierno indio no descubra que está trabajando ilegalmente. Ruth ha vuelto a su trabajo de enfermera. Jonatan y Cristina viajan siempre que se lo permite el trabajo. Chanel Cartell y Stevo Dirnberger están disfrutando de un mojito en una hamaca del Caribe, probando comida exótica en Asia y buceando en Australia.

Antes de terminar este artículo, me vais a permitir que hable de mí, ya que técnicamente soy un nómada digital. Quien siga mi canal de YouTube, mi blog o mis redes sociales me habrá visto bucear en el Caribe, probar comida exótica en Asia y jugar con canguros en las playas de Australia. Sin embargo, mi vida no siempre fue así. Cuando terminé la universidad, tuve un puesto de trabajo muy bien pagado en el que me pasaba todo el día redactando informes y elaborado presupuestos. Así estuve más de dos años, pero un día decidí dejarlo todo para vivir el sueño de viajar por el mundo. Pues bien, voy a contarte mi secreto:

- ¿Te atreves a dar el cambio?-

- ¡Voy a enseñarte cómo ganar dinero mientras viajas! -

- Después de renunciar a ese trabajo, he limpiado hostels, he tocado la flauta en la calle, he sido ayudante de cocina, mesero, barman y portero en varios restaurantes y bares. Conejillo de indias en escuelas de peluquería y testador de productos antes de que salieran al mercado. También socorrista en verano y encuestador en la calle invierno. ¡Si yo he podido, tú también puedes!-