El rescate de la fuerza de la Atención Primaria

El rescate de la fuerza de la Atención Primaria

Es un buen momento para reflexionar sobre una Atención Primaria cuyo modelo afronta severas amenazas. Su diseño eficiente, su gasto contenido, el alto nivel de preparación de sus profesionales y la solidaridad social que preconiza su diseño siguen siendo valiosos activos. La sobrecarga, la presión asistencial, la disparidad entre comunidades, la precariedad laboral y el maltrato a sus trabajadores, retos profundos.

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El día 13 de abril se celebró el día de la Atención Primaria, una fecha para conmemorar la parte de la sanidad diseñada para estar mas cerca del ciudadano. Físicamente se localiza en centros de salud y consultorios locales, en barrios y pueblos, próxima y accesible a casi todos. Lamentablemente, hay personas excluidas por decisiones políticas que han sido duramente cuestionadas por estos mismos profesionales, que saben que excluir termina saliendo caro a la sociedad.

Es un buen momento para reflexionar sobre una Atención Primaria cuyo modelo afronta severas amenazas. Su diseño eficiente, su gasto contenido, el alto nivel de preparación de sus profesionales y la solidaridad social que preconiza su diseño siguen siendo valiosos activos. La sobrecarga, la presión asistencial, la disparidad entre comunidades, la precariedad laboral y el maltrato a sus trabajadores, retos profundos. Estamos en un momento delicado, la tensión es tanta que la tela se puede rasgar.

Otro gran reto es el desconocimiento que tienen los políticos de esta parte de la sanidad. Habitualmente los políticos de este país suelen acudir a la sanidad privada. No pasa como en Inglaterra u otros lugares, donde el primer ministro o la reina acuden siempre a la sanidad pública, haciendo ver que se fían de ella. En España, los partidos políticos no incluyen la Atención Primaria en sus programas electorales, directamente la ignoran. Y si no la tienen en cuenta en periodo electoral, imagínense luego...

En tiempos de decrecimiento y precariedad económica, la sociedad precisa con prioridad servicios sanitarios fuertes y cercanos. La Atención Primaria es clave para acompañar al ciudadano en tiempos de enfermar, solucionándole el 90% de sus problemas, y guiándole por el resto del sistema sanitario cuando es preciso recurrir a pruebas o tratamientos hospitalarios.

Pero no voy a tirar más balones fuera; pienso que quizá el mayor reto que afrontan las enfermeras, medicas, trabajadores sociales, fisioterapeutas, administrativos y gestores de Atención Primaria... sean ellos mismos. Y no por la tradicional desunión que les ha venido caracterizando desde siempre, sino por haber olvidado el verdadero sentido de lo que hacen. Los profesionales sanitarios están cansados y desmotivados en gran número. Aducen razones objetivas, algunas citadas anteriormente. Pero me atrevo a avanzar que bajo el cansancio de nuestros mejores jedis sanitarios, está la pérdida de contacto con su verdadera fuerza. Hemos olvidado el tremendo poder de la distancia corta. El poder que encierran los verbos ayudar, acompañar, promocionar la salud, favorecer el cambio..., el grandísimo poder de servir a la sociedad de la mejor forma posible. Dentro de una consulta hay una gran potencialidad para la excelencia, para hacer bien.

Creo que está llegando el momento de convertir la queja en creatividad, y la acritud, en gratitud. Es cierto que sigue siendo imprescindible visibilizar las situaciones de mala gestión, las sobrecargas, y cómo están las cosas, pero sin quedarnos en el lloro permanente. La transparencia es una de las mejores formas para que la ciudadanía sepa lo que hay y decida con sus votos lo que quiere.

Nos hacen falta ideas y valor para llevarlas a cabo, conciencia plena y capacidad de escucha y respeto a los demás. Si conseguimos abrir las miras y priorizar lo que verdaderamente es importante, tal vez podamos terminar diciendo que los profesionales sanitarios hemos sido más parte de la solución que causa del naufragio.