Una alternativa al entrenamiento del sueño

Una alternativa al entrenamiento del sueño

Hago caso a mi hijo cuando llora: Los niños que aún no saben hablar lloran para comunicar que quieren o que necesitan a las personas que los cuidan. El niño aprenderá a sentirse seguro cuando entre en estado de somnolencia; de esta manera, percibirá el acto de dormir de forma positiva.

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Las dos técnicas más comunes que se siguen a la hora de lidiar con los bebés que se despiertan muchas veces a lo largo de la noche son el entrenamiento del sueño -que consiste, básicamente, en dejar que el niño llore- y el llamado nighttime parenting, que consiste en satisfacer las necesidades del bebé durante la noche y crear un ambiente de confort que le induzca al sueño.

Como madre de un niño de 9 meses que soy, me he dado cuenta de que el entrenamiento del sueño, que para algunas personas resulta útil, no parece muy beneficioso para mi hijo. En cambio, el nighttime parenting refuerza mis respuestas maternales instintivas a la vez que atiendo las necesidades individuales del niño. A mí, que soy defensora de la lactancia, me gusta esta táctica porque tiene en cuenta los beneficios de dar el pecho para reconfortar al bebé. Este es mi punto de vista:

1. Hago caso a mi hijo cuando llora: Los niños que aún no saben hablar lloran para comunicar que quieren o que necesitan a las personas que los cuidan. Los beneficios de hacer caso a un bebé que llora son los siguientes:

  • El niño desarrolla confianza en que sus cuidadores acudirán siempre que los necesite.
  • El llanto del bebé estimula la producción de una hormona llamada prolactina en el cuerpo de la madre. Esta hormona envía una respuesta biológica a la madre para que coja al niño y le dé de mamar (para alimentarlo y reconfortarlo).

2. Estoy con él para que se vuelva a dormir. Después de responder a su llanto, decido qué es lo que necesita para volver a dormirse. Le doy de mamar, lo cojo en brazos, lo mezo, le canto o duermo con él. Los beneficios de esta forma de proceder son los siguientes:

  • El niño aprenderá a sentirse seguro cuando entre en estado de somnolencia; de esta manera, percibirá el acto de dormir de forma positiva.
  • Dormir con el bebé tiene muchos beneficios: entre otras cosas, reduce la probabilidad de que el niño sufra el síndrome de muerte súbita infantil.

3. Disfruto del tiempo extra que paso con él. Eso de que el niño se despierte con frecuencia a lo largo de la noche es temporal. Antes o después, dejará de necesitar la ayuda de sus padres para volver a dormirse. Mientras tenga la oportunidad, recibo con los brazos abiertos cada uno de los momentos que comparto con mi hijo.

Esta alternativa al entrenamiento del sueño refuerza mis respuestas maternales instintivas; tiene en cuenta que los factores físicos y del desarrollo (como los momentos clave del desarrollo, la salida de los dientes y la ansiedad por separación) pueden influir en la frecuencia con la que se despierta el niño por la noche; y la flexibilidad de este método me permite individualizar la ayuda basándome en las necesidades de mi hijo. En mi opinión, si se mira desde esta perspectiva, cuidar de los niños por la noche puede ser una experiencia maravillosa.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.

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