Alertan del animal responsable de la muerte de millones de mamíferos: hay 10 millones en las calles de España
En Gran Canaria estos felinos matan a casi 1,7 millones de animales al año en la isla.

Camina con sigilo felino, el hocico siempre avizor y los ojos en alerta en busca de presas. Podría parecer un minino cualquiera que vuelve de curiosear entre los setos pero en realidad o vuelve o se dirige a cazar. No volverá a su hogar entrando en la gatera pues no tiene casa a la que volver. Tampoco es un felino que busque compañía humana. Es lo que se conoce comúnmente como gato callejero.
En Francia, cada verano se abandonan decenas de miles de mascotas: alrededor de 100.000 animales. Los refugios dan cobijo a unos 200.000 al año, y se estima que entre 8 y 10 millones de gatos viven sueltos por el país. En el caso de España: la situación es similar. En verano de 2024, el biólogo e investigador Miguel Clavero alertó para ElEspañol que hay cerca de 10 millones de gatos en las calles españolas y pidió su retirada inmediata.
Según informa el medio francés Aquitaine Online, en entornos naturales, estos gatos cazan sin descanso, de día y de noche, todo el año. Su dieta es muy variada: pequeños mamíferos, aves cantoras, lagartos, sapos, insectos…
Se calcula que matan más de 75 millones de aves al año en Francia. Y si sumamos los demás animales pequeños, la cifra se dispara a cientos de millones. En el caso español, Clavero mencionó que solo en Gran Canaria estos felinos matan a casi 1,7 millones de animales al año en la isla. A nivel mundial, los datos impresionan aún más: más de 4.000 millones de aves y 22.000 millones de mamíferos pequeños acaban devorados por gatos cada año.
Menos evidente aún es lo que transportan en su interior: virus, bacterias y parásitos. La toxoplasmosis, por ejemplo, puede diezmar poblaciones insulares de roedores o causar estragos en explotaciones ganaderas. También está la mezcla genética: el cruce con el gato montés europeo, que pone en riesgo la identidad de esta especie, máxime en el sur de Europa donde se considera especie protegida tras haber sido exterminada en muchas regiones en el transcurso de siglo pasado. El cruce con el gato callejero difumina la línea entre lo silvestre y lo doméstico. Y con ella, parte del legado biológico.
El culpable suele venir de cerca: un gato que alguien dejó tirado el verano anterior, o una gata sin dueño alimentada ocasionalmente tras una nave industrial. Cada hembra puede tener hasta 18 crías en un año.
