El motivo por el que tus hijos quieren ver los mismos dibujos animados una y otra vez
La respuesta no es porque 'Pokémon' se sale. Eso solo es una obviedad.
Los expertos lo denominan "efecto de entrada" y es una de las explicaciones de la ciencia cognitiva a cuestiones como por qué tus hijos pequeños solo quieren ver una vez y otra la misma serie de dibujos animados en la televisión o por qué para ellos el baby shark ha pasado de ser una cancioncilla a un auténtico mantra budista. Exageraciones aparte, este reportaje de The Conversation ahonda en todos estos conceptos.
La clave, según recoge el citado artículo, entronca con la necesidad del ser humano de crear patrones en sus vidas o rutinas, un fenómeno conocido como "aprendizaje estadístico", por el cual los niños son muy sensibles a la aparición de regularidades y patrones.
En esa búsqueda de la repetición juega un papel determinante el lenguaje y, por tanto, los sonidos que se repiten habitualmente. Explican que, por ejemplo, en el inglés hay multitud de combinaciones de palabras de tres letras que se repiten constantemente como el artículo "the", el nexo "and" o el sufijo "ing". El cerebro de los bebés busca estas repeticiones en aras de, en este contexto, aprender el idioma.
Con los dibujos animados pasaría algo similar. Cuando están consumiendo una y otra vez La patrulla canina, aunque se haya repetido el capítulo, en realidad la motivación que tienen es la de consolidar patrones viendo, escuchando o leyendo algo habitual en sus vidas.
El "efecto bienestar"
Entonces, ¿es natural? No solo natural, también es beneficioso, recoge la citada publicación de The Conversation, aludiendo al "efecto bienestar". Aunque puede resultar paradójico que la principal misión del cerebro en materia de aprendizaje consiste en recibir estímulos nuevos y enfrentarse a situaciones por primera vez en la vida, la realidad es que procesar toda esa información requiere de un esfuerzo considerable.
Por ese motivo, estos patrones funcionan como refugios, que de una forma u otra pueden proporcionar una fuente de consuelo y seguridad que amortigua el estrés y la incertidumbre. Una suerte de zona de confort.