Europa abre una fosa nuclear de 500 metros para enterrar residuos radiactivos durante 100.000 años
Un proyecto presupuestado en 1.080 millones de dólares, que será el segundo de su tipo en el mundo, plantea dudas sobre su impacto y su viabilidad a largo plazo.

El proyecto ya está en marcha. Suecia ha iniciado la construcción de un almacén para el combustible nuclear cuyo ciclo de vida ha llegado a su final, garantizando un aislamiento seguro de estos residuos radiactivos durante 100.000 años. Este proyecto, segundo de su tipo en el mundo y que ya ha nacido con polémica, se construirá en Söderviken, cerca de la central nuclear de Forsmark, a 150 km de la capital sueca, Estocolmo.
El almacén, a 500 metros de profundidad en una base de roca sólida de 1.900 millones de años de antigüedad, en una red de túneles de 60 kilómetros, se guardarán cerca de unas 12.000 toneladas de residuos nucleares distribuidos en más de 6.000 cápsulas de cobre, diseñadas para resistir la corrosión. Estas cápsulas irán envueltas en una especie de capas de arcilla con el objetivo de minimizar cualquier riesgo de contaminación antes de que las entierren definitivamente.
La gestión de los residuos nucleares ha sido uno de los mayores y continuos retos para la industria nuclear, ya que el material puede seguir siendo radiactivo durante milenios. Hoy en día, se estima que en el mundo existen cerca de 300.000 toneladas de combustible nuclear agotado, la mayor parte almacenada temporalmente en piscinas próximas a los reactores, un riesgo que puede derivar en la contaminación del agua, el aire y el suelo.
Con la transición energética en marcha y si el debate en la Unión Europea cambia hacia la apuesta de la expansión de la energía nuclear en Europa, el volumen de residuos nucleares seguirá aumentando. En este contexto, el almacén de Forsmark representa un paso crucial hacia una solución definitiva. La operación del almacén está prevista para finales de la década de 2030, y su construcción se prolongará hasta alrededor de 2080.
Preocupa el impacto medioambiental y su rentabilidad
La complejidad del proyecto que implica la construcción de este cementerio nuclear en Suecia supondrá la extracción a lo largo de varias décadas de cerca de 2,3 millones de metros cúbicos de roca. Para ello se construirán y diseñarán máquinas que, controladas de forma remota, se encargarán de colocar las cápsulas con los restos nuclear dentro de los túneles. Mientras, se seguirán excavando nuevas galerías de almacenamiento.
Sin embargo, el proyecto no está exento de críticas. Varias organizaciones ecologistas ya han expresado su preocupación por los posibles riesgos de contaminación que se puede provocar, si hay filtraciones, en los acuíferos subterráneos. Una de esas oenegé, incluso, ha recurrido a los tribunales para conseguir una auditoría de seguridad externa. Además, según Interesting Engenieering, nuevas investigaciones han alertado de los problemas de corrosión que las cápsulas de cobre, lo que podría llegar a provocar fugas radiactivas.
El almacén de Forsmark, por otro lado, tendrá un coste estimado de 12.000 millones de coronas suecas (unos 1.080 millones de dólares). Pese a las críticas, el proyecto de este cementerio nuclear ha recibido la bendición internacional al entender que este proyecto supone un notable avance en la gestión responsable de los residuos nucleares. Finlandia, pionera en el desarrollo de almacenes geológicos a gran profundidad, ha planeado poner en marcha operaciones similares en 2026.