La repudiada mezquita española de origen misterioso en Marruecos supera la maldición
Hay muchas teorías sobre ella.
La mezquita Bouzafar, situada en lo alto de una colina en la ciudad de Chauen, al norte de Marruecos, es un edificio que envuelve un aura de misterio. Su construcción, ordenada en la década de 1920 por el militar español Osvaldo Fernando Capaz, tenía como objetivo generar simpatía entre los habitantes locales durante el Protectorado español. A pesar de esta intención, los marroquíes se mostraron reticentes a utilizarla, ya que era un proyecto impulsado por cristianos, algo inusual y sospechoso para la población musulmana de la época.
Existen varias teorías en torno al origen de la mezquita. Algunas sugieren que los vecinos pensaban que el edificio podría haberse usado para el espionaje, mientras que otros se centraban en la figura del ingeniero español que supervisó su construcción, al que apodaban “Bouzafar”, posiblemente debido a su gran mostacho. Además, la ubicación estratégica de la mezquita, dominando la ciudad, aumentaba las dudas sobre su verdadera función.
Tras años de abandono y deterioro, en 2007 se llevaron a cabo trabajos de restauración. En ese momento, surgieron opiniones divididas sobre el futuro del lugar: algunos proponían transformarlo en un museo o un centro cultural, mientras otros defendían que debía mantenerse como una mezquita. Finalmente, se optó por preservar su función original, y actualmente sigue siendo un templo musulmán.
Hoy en día, en la mezquita Bouzafar se realizan las cinco oraciones diarias, aunque no se celebra la oración del viernes al mediodía debido a la falta de espacio para acoger a un gran número de fieles. A pesar de su pequeño tamaño, este edificio destaca por su singular arquitectura, diferente al resto de las mezquitas de Chauen, lo que ha generado comparaciones con una iglesia.
Más allá de las teorías sobre su origen, la mezquita Bouzafar se ha consolidado como uno de los monumentos más representativos de Chauen, la famosa ciudad azul de Marruecos. Su presencia en lo alto de la colina y su historia ligada al Protectorado español la convierten en un punto de interés tanto para locales como para turistas.