Un reciente estudio rompe de golpe las teorías del volcán escondido en Extremadura
Se encuentra en Nuñomoral (Cáceres).
Extremadura guarda en su interior multitud de lugares llamativos. Uno de los más curiosos se encuentra en el municipio cacereño de Nuñomoral y es conocido como volcán de El Gasco (aunque en realidad no se trata de un volcán propiamente dicho).
Las rocas fundidas del mencionado ‘volcán’ ubicado en la alquería El Gasco han atraído desde siempre a un gran número de turistas y científicos al considerarse uno de los lugares más especiales de la región extremeña.
El ‘volcán’ cuenta con un cráter de 50 metros de diámetro y tradicionalmente se ha afirmado que sus rocas fundidas fueron hace 200.000 años el punto de partida de la actividad volcánica en la península ibérica.
Sin embargo, un reciente estudio ha desvelado que nunca se han registrado erupciones en el volcán de El Gasco pese a la presencia de esas rocas fundidas, ya que ese lugar de Nuñomoral nunca ha sido un volcán.
La realidad es que el cráter de la alquería El Gasco se formó hace uno o dos millones de años como consecuencia del impacto de un meteorito. En ese sentido, tal y como destacan desde la asociación cultural AlmaHurdes, la presencia de ringwoodita, un material que se produce al caer un elemento meteórico de una altura superior a 600 kilómetros y a una velocidad superior a los 40 kilómetros por segundo, convierte al ‘volcán’ de El Gasco en un lugar único en todo el mundo.