Una mujer con discapacidad visual paga 1.155 euros por embutido y queso y el vendedor asombra con su respuesta
Una mujer con discapacidad visual... y de 86 años.
Indignación en Cerdeña (Italia) por lo ocurrido entre un vendedor ambulante y una turista octogenaria durante una venta de productos gastronómicos típicos. Acompañada de un familiar, otro turista de Milán, los hechos tuvieron lugar en la popular Porto Istana, próxima a Olbia. Así lo recoge Il Corriere della Sera en una información.
Un total de 1.155 euros. Eso es lo que les cobraron a estos visitantes por una compra de embutidos y queso que comprendía la siguiente lista de artículos. Unos trozos de pecorino -queso típico italiano- local envasado al vacío, una loncha de coppa -del cabecero del lomo de cerdo- y un embutido -una salchicha-.
Todo ello pesaba poco menos de 4 kilogramos, que, según la citada información, no habrían sido solo vendidos a un precio elevado sino que también lo habría hecho una persona en situación irregular. Además, cabe destacar que esa turista de 86 años también cuenta con una discapacidad visual.
Cuando se dieron cuenta de la factura, ya era tarde
Según la citada noticia, la venta se produjo en cuestión de minutos, con el vendedor subiendo al auto los productos y la mujer con discapacidad visual pagando con tarjeta de crédito. Todo ello sin recibir un recibo de esa operación, sino una copia del recibo del POS, que no es válido a efectos fiscales, pero sí lleva el nombre, apellido, empresa y dirección del comerciante.
En este sentido, cuando las 'víctimas' de tal factura se percataron de las cifras que implicaban, trataron de localizar al vendedor y cursaron denuncia ante las autoridades pertinentes y los carabinieri. Con todo, continuaron con su investigación particular y acabaron reclamando explicaciones al hombre, que dio una serie de respuestas que también han causado cierta indignación.
Las 'explicaciones' del vendedor: "Creo que es un mercado libre"
De esta forma, y según recoge el mencionado diario italiano, el vendedor se habría escudado en respuestas como que "son productos de nicho" y que "les dije el precio antes de comprarlos". También ha valorado que "creo que es un mercado libre, así que no veo ningún problema".
Ante la discapacidad visual y la edad de los turistas en cuestión, el hombre habría esgrimido que "a decir verdad, no me parecieron menos lúcidos, pero sí más inteligentes que yo, dado que ellos conducían el auto, estaban en el camino a la playa tranquilamente y pagaron usando el POS". A su juicio, "si fueran personas menos lúcidas, habría que internarlos en un centro y luego serían sus familiares y parientes los que tendrían que ser denunciados. Pero, repito, están muy lúcidos y alerta".