Miles de fieles despiden desde ayer martes a Francisco en la basílica de San Pedro, en el Vaticano. El cuerpo del pontífice argentino yace dentro de un féretro de madera, sin el tradicional catafalco, en una plataforma casi a ras del suelo, como él había indicado y situado en el altar de la Confesión frente a la tumba de San Pedro y a los pies del baldaquino de Bernini. Los visitantes esperan hasta cinco horas de cola para poder decir adiós al papa, cuyos restos permanecerán expuestos hasta este viernes. El sábado se celebrará su misa funeral, a la que acudirán los reyes de España y miembros del gobierno como María Jesús Montero, Yolanda Díaz o Félix Bolaños.

Tras enterrar a Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, por expreso deseo del pontífice, llegará el momento del cónclave y de elegir nuevo papa. 133 cardenales tendrán derecho a voto en la reunión del colegio cardenalicio que todavía no tiene fecha fijada, aunque no debería comenzar más tarde del viernes 9 de mayo. La previsión, incluso, es que arranque unos días antes.

En esta crucial elección participarán cuatro españoles: Ángel Fernández Artime, Carlos Osoro, José Cobo y Juan José Omella. Además, hay dos cardenales nacidos en España que han desarrollado su actividad pastoral fuera del país: Cristóbal López Romero y François-Xavier Bustillo. El arzobispo emérito de Valencia, Antonio Cañizares, ha rechazado participar por su estado de salud.

Aunque ninguno de los nombres españoles se sitúa en cabeza en las apuestas, la rumorología empieza a apuntar a dos como posibles papables: Juan José Omella y Cristóbal López Romero. El segundo, arzobispo de Rabat desde 2018, ha concedido una entrevista a Artículo 14 donde es claro sobre sus opciones: “Si me amenazan con elegirme, salgo corriendo y me encuentran en Sicilia. Allí se está bien”.

El cardenal admite en la misma conversación que nadie está preparado para ser papa, aunque impone algunos requisitos: "Alguien que ha sido diplomático, pastor de una diócesis, ha trabajado en el Vaticano, conoce lenguas y culturas. Y también cuenta la edad. Uno de 65 años está en mejores condiciones que uno de 78. Si me dieran a elegir entre ambos, no lo dudaría".

La elección por escrutinio tiene lugar a través de la votación, individual y secreta, de los Cardenales electores. Deben realizarse dos votaciones cada día, además de una votación la tarde en que comienza el cónclave. Para que sea válida la elección debe contar con dos tercios de los votos. Francisco fue elegido en la quinta votación durante el segundo día de cónclave.

¿Y qué pasa si ningún candidato lo consigue? El artículo 74 prevé que, si después de 24 escrutinios los Cardenales no consiguen ponerse de acuerdo sobre el Cardenal elegido, podrán decidir por mayoría absoluta el modo de proceder, pero nunca se deberá prescindir del requisito de exigir mayoría simple para ser válida la elección.

Los votos son incinerados después de contarlos, y el color del humo comunicará al público el progreso de la elección: "fumata negra" significará falta de elección y "fumata blanca" anunciará que hay un nuevo papa en el mundo.