Un nuevo estudio apunta a un material pesado dañino al cerebro como el causante del desplome del coeficiente intelectual en la época romana
Aunque puede parecer un cambio insignificante, al tratarse de toda la población, adquiere una dimensión inimaignable.
Según un último estudio desarrollado en por el Desert Research Institute de Nevada, los ciudadanos de la Antigua Roma experimentaron un deterioro cognitivo significativo debido a la presencia de un material pesado. Se trata del plomo, y de acuerdo con lo expuesto por los investigadores, su contaminación provocó que la población del Imperio viera disminuida considerablemente sus capacidades intelectuales.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, y para llegar a esta conclusión, los científicos realizaron tres registros de núcleos para identificar los niveles de contaminación por plomo en el Ártico entre los años 500 a.C y 600 d.C.
Como pueden imaginarse, los estudios realizados coinciden casi de lleno con el período que abarca desde la República Romana hasta que cayó el Imperio (346 d.C), aunque se centraron fundamentalmente en los 200 años de mayor esplendor del imperio.
Pero, ¿cómo han podido descubrirlo? Para ello, utilizaron los isótopos de plomo que permitieron al equipo identificar todas las actividades mineras y de fundición que se llevaron a cabo en toda Europa como una más que probable fuente de contaminación durante estos años. Así, y mediante técnicas avanzadas de modelización informática de la atmósfera, elaboraron mapas de niveles de contaminación por plomo en el aire en todo el Viejo Continente.
Este se trata del primer estudio que toma registros de contaminación de un núcleo de hielo, y gracias a él, el profesor del DRI, Joe McConnell, puede confirmar que debido a la exposición al plomo, la población europea vio reducido su coeficiente intelectual entre 2 y 3 puntos, y destaca que "poder hacer esto después de 2.000 años es bastante nuevo y emocionante".
Pero evidentemente, para llegar a esta conclusión se han necesitado décadas de investigación, tal y como aseguró el profesor, que aseguró llevar décadas estudiando los núcleos de hielo en zonas como Groenlandia o la Antártida, llegando a extraer columnas de hielo de hasta 3,4 km de largo.
Por su parte, para fechar con exactitud las líneas de tiempo, el equipo de McConnell utilizó registros de erupciones volcánicas, además de que las burbujas de gas que se encuentran atrapadas en el hielo ofrecen información acerca dela atmósfera en épocas pasadas.
De esta forma, cuando los arqueólogos fueron conscientes de este trabajo, decidieron recurrir a él para poder aplicar las nuevas técnicas al período romano y así encontrar respuestas que hasta hoy no tienen.
'Solo' fueron 2 o 3 puntos
"La investigación resultante ha cambiado nuestra comprensión de la época al encontrar vínculos precisos entre los registros de contaminación por plomo y eventos históricos como la disminución de la población asociada con plagas y pandemias periódicas", afirman algunos de ellos.
Al mismo tiempo, el coautor Nathan Chellman, profesor asociado de la universidad, informó que "se sabe que el plomo tiene una amplia gama de impactos en la salud humana, pero decidimos centrarnos en el deterioro cognitivo porque es algo a lo que podemos ponerle un número" y destaca que, aunque 2 o 3 puntos puede no parecer mucho, al tratarse de toda la población, "es algo bastante grande".
Las conclusiones señalaron que la contaminación del aire por plomo tuvo su inicio en la Edad del Hierro y tuvo su punto máximo a final del siglo II a.C, y destacan que se mantuvo alta hasta la llegada de la peste antonina, entre el 165 y el 180 d.C. y cifran en torno a 500 kilotones de plomo, los liberados a la atmósfera durante estos dos siglos.