Una monja voluntaria cae con todo el equipo de la mafia italiana
La religiosa está acusada de "transmitir información" entre miembros de la banda cuando trabajaba en una prisión.
En Italia, una monja ha sido detenida en el marco de una operación contra la mafia más importante del país, la 'Ndrangheta. Según informaron las autoridades, la religiosa se encontraba entre las 25 personas que fueron detenidas por prácticas criminales.
Su nombre es Anna Donelli, pertenece a la congregación de las Hermanas de la Caridad y era voluntaria en la prisión de San Vittore de Milán desde el año 2010. También ejerció como trabajadora en las prisiones de Pavía y Roma.
Ahora, a sus 57 años, ha sido detenida por vínculos con la banda criminal que, según los fiscales que se han encargado del caso, habría tenido su origen en el período en el que trabajó en prisión. Así, Teodoro Catananti, fiscal adjunto, aseguró que Donelli se encuentra acusada "de complicidad extrema en una asociación mafiosa", y que estuvo al servicio de la banda para "transmitir información" entre la cárcel y la mafia, según The Guardian.
Por su parte, los investigadores creen que pudo desarrollar estos vínculos y realizar estas prácticas gracias al "papel espiritual" que ejercía y que le permitía tener contacto con los presos y así tener "libre acceso a las instalaciones penitenciarias".
Junto a la monja, también han caído un exconcejal del partido de Giorgia Meloni, Hermanos de Italia, y un expolítico de la Liga. Además de las detenciones, la policía también confiscó más de 1,8 millones de euros en ganancias ilícitas a primera hora de la mañana en diferentes ciudades de Lombardía, Véneto y Calabria.
Entre los delitos de los que se acusa a los detenidos estarían los de extorsión, tráfico de drogas y armas, delitos fiscales, usura, blanqueo de capital y compra de votos en el caso de uno de los expolíticos. De hecho, a este se le acusa también de haberse puesto a disposición de la banda "durante la ejecución de crímenes".
Tras las detenciones, el fiscal de Brescia, Francesco Prete, explicó en rueda de prensa que los sospechosos "aprovecharon la reputación criminal de la organización original, adaptándola al norte de Italia, donde "se ocupaban de cuestiones fiscales". Además, Catananti afirmó que se caracterizaron por la "violencia típica" de estas situaciones pero "demostró una capacidad camaleónica para mantenerse al día".