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Uno de los mayores retos científicos apunta de manera inesperada a las aguas termales

Uno de los mayores retos científicos apunta de manera inesperada a las aguas termales

Versiones antiguas de este tipo de aguas podrían haber desempeñado un papel clave en el surgimiento de la vida en la Tierra.

Aguas termales en Beppu, Oita (Japón).Putt Sakdhnagool via Getty Images

Las aguas termales son conocidas por algunas de sus propiedades beneficiosas para la salud, pero un estudio apunta a que pueden guardar relación con el origen de la vida. Así lo recoge la edición lusa de Meteored en una información en la que se hace eco de esta investigación publicada en la revista científica Nature.

Concretamente, se refiere a que versiones antiguas de estas aguas termales pueden haber desempeñado un papel clave en el surgimiento de la vida en la Tierra. Pero, ¿qué tienen que ver? Para comprenderlo antes hay que acercarse a la clave de por qué la aguas termales huelen y saben a eso -eso, básicamente, es algo similar a oler huevos podridos-.

Hablamos de los sulfuros de hierro, los minerales que se forman cuando el hierro disuelto reacciona con el sulfuro de hidrógeno, el gas volcánico. Guardan muchas similitudes con los cúmulos de hierro y azufre.  Dicha relación entre los sulfuros de hierro y la fijación de carbono ha generado una corriente científica que plantea que estos minerales desempeñaron un papel crucial en la transición de la geoquímica de la Tierra primitiva a la biología.

¿En qué consistió la investigación?

Según la citada información, esta investigación contó con la construcción de una pequeña cámara personalizada para simular entornos de aguas termales en la Tierra primitiva. En esta cámara esparcieron muestras de sulfuro de hierro sintetizado. Algunas eran muestras puras, pero otras eran de metales pueden ser hallados en las aguas termales.

Después emplearon una lámpara que simulaba la luz solar en la superficie de la Tierra primitiva para exponerla sobre las muestras mientras se bombeaba de forma constante dióxido de carbono e hidrógeno a través de la cámara. El resultado fue sorprendente. Todas las muestras de sulfuro de hierro sintetizadas eran capaces de producir metanol, un producto de la fijación de carbono, en diversos grados.

Con esa prueba, concluyeron que los sulfuros de hierro pueden facilitar la fijación de carbono no solo en respiraderos hidrotermales de aguas profundas sino también en fuentes termales terrestres. De hecho, en esta producción de metanol se demuestra que ha sido clave el mecanismo denominado cambio inverso agua-gas, pues también se observó una reacción similar en la vía que utilizan algunas bacterias y arqueas para transformar el dióxido de carbono en alimento.

Dicha vía tiene su propia nomenclatura, conocida como "acetil-CoA" o vía “ Wood-Ljungdahl", por la que se propone que sea la forma más antigua de fijación de carbono que surgió en los primeros compases de la vida en nuestro planeta.