La Cúpula de la Bomba Atómica 70 años más tarde y el legado de la niña que ayudó a conservarla

La Cúpula de la Bomba Atómica 70 años más tarde y el legado de la niña que ayudó a conservarla

Hiroko Kajiyama, una niña que murió de leucemia en Hiroshima a causa de la exposición a la radiación por la bomba atómica, es un ejemplo de lucha incluso en las peores circunstancias. Sus compañeros de clase intentan mantener viva su memoria para que inspire a las futuras generaciones.

Han pasado 70 años desde que la bomba atómica fue lanzada en Hiroshima, y 100 desde la construcción de lo que ahora se conoce como la Cúpula de la Bomba Atómica. Una de las cosas decisivas a la hora de iniciar la preservación histórica de la cúpula fue el diario de Hiroko Kajiyama, una estudiante de secundaria que murió de leucemia como resultado de la exposición a la radiación. Un antiguo compañero de clase de Hiroko, que busca mantener su memoria viva, ha estado recopilando información con el fin de documentar su vida.

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Una foto de Hiroko Kajiyama (la segunda por la derecha) en la escuela secundaria. Foto por cortesía por un compañero de clase.

El 6 de agosto de 1945, la bomba atómica lanzada por las fuerzas estadounidenses explotó casi directamente sobre la cúpula. Por aquel entonces, Hiroko tenía solo un año. Y apenas se encontraba a kilometro y medio de la explosión, por lo que estuvo expuesta a la radiación.

La Cúpula de la Bomba Atómica fue construida en 1915, y se llamó Sala de Exposiciones Comerciales de la Prefectura de Hiroshima. Después de que la bomba arrasara Hiroshima, la estructura de acero del techo de la cúpula y parte de sus paredes permanecieron milagrosamente intactas.

Tras la guerra, algunas personas quisieron conservar la cúpula para mostrar el terror de la guerra, mientras que otros lo veían como un recordatorio de la tragedia y el odio, y querían destruirla.

"Es doloroso ver el Salón para la Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima (que en 1933 paso a llamarse Cúpula de la Bomba Atómica), y siempre llamará la atención del mundo sobre los horrores de la bomba atómica".

Ese es un extracto del diario de Hiroko Kajiyama, que escribió un año antes de que muriera de leucemia a la edad de 16. Las palabras de Hiroko impactaron enormemente a una organización de niños llamada el Hiroshima Paper Crane Club. Mientras el debate sobre si conservar o destruir la Cúpula continuaba, los niños comenzaron a trabajar para su conservación.

En 1966, el Ayuntamiento de Hiroshima decidió que la Cúpula sería conservada eternamente. Ese mismo año, la Cúpula fue registrada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y ahora personas de todo el mundo la visitan.

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Patrimonio Mundial de la Humanidad, visitado por personas de todo Japón y del mundo entero. Foto por cortesía del Ayuntamiento de Hiroshima.

"Queremos contarle a la gente la historia de Hiroko".

Hace tres años, Masahiro Terada y otros dos compañeros de clase de la escuela secundaria de Hiroko empezaron a recopilar información sobre ella. A pesar del importante papel que Hiroko tuvo en la conservación de la Cúpula, casi no había ningún dato sobre su vida.

Entrevistaron a treinta de sus antiguos compañeros de clase. Algunos recordaban que era "pequeña y alegre", y su cara sonriente. Otros decían que tenía buenos reflejos y que siempre había intentado dar lo mejor de sí misma. Además, después de revisar todo lo que escribió, descubrieron su fuerza y su voluntad de vivir.

Esto también se puede ver en los comentarios que escribió a su compañera de clase Katsufumi Yoshimura al graduarse de la escuela secundaria. Ella le dijo: "En el improbable caso de que alguna vez desees morir, no debes hacerlo bajo ningún concepto", "Sé que conseguirás todo que te propongas, ¡no me olvides!" A su compañera Junko Tamura le escribió: "¡Sigue siendo fuerte!" Tamura le respondió: "La mayoría de gente simplemente dicen: 'Te deseo lo mejor' o cosas así".

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Anotaciones escritas por Hiroko a su compañero de clase Yoshimura tras terminar la secundaria.

"Ella vivía su día a día con el miedo a la enfermedad a causa de la radiación", dijo Tamura, quien asistió al funeral de Hiroko. "Tal vez esa fuera la razón por la que siempre trabajaba tan duro".

Tereda y los otros tienen previsto completar este año un cuadernillo sobre la vida de Hiroko y sus opiniones personales. Ellos tienen la esperanza de que en el futuro, los carteles y los folletos turísticos de la Cúpula de la bomba atómica también hablen de Hiroko al público.

Dicen que quieren que los niños aprendan la filosofía de vida de que incluso si pasan cosas horribles, ellos deben esforzarse al máximo para superarlas y seguir viviendo.

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Masahiro Terada (en el centro) y otros antiguos compañeros de clase reúnen información sobre Hiroko Kajiyama.

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Este artículo fue revisado del original que apareció en la edición del 27 de abril del Asahi Elementary Newspaper. Puedes ver más ejemplos de este periódico y leer partes de los artículos, en japonés, en la página principal de Junior Asahi.

Este post fue publicado originalmente en la edición japonesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por María Ulzurrun

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