Cinco errores que cada viajero comete en su vida

Cinco errores que cada viajero comete en su vida

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Próxima parada: América Central.

El vuelo es en un mes y todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo, muchas visitas al médico, en las que necesitas ponerte todas las vacunas para evitar cualquier problema de salud. Además, todo lo que no queremos olvidar, termina siempre en el equipaje.

¿Cuánto tiempo es el viaje? ¿Cómo está el clima durante esos días? ¿Y si llueve o hace frío y no tengo lo necesario? Son, probablemente, algunas de las cosas que pasan por nuestra cabeza antes de iniciar una nueva aventura.

Primer error: demasiado equipaje

Tres días antes de la salida, el equipaje se encuentra a punto de reventar. Nos hemos preparado para todas las estaciones. Es decir, hay que prepararse para todos los tipos de clima, sin importar si estamos viajando a Panamá en pleno verano.

Luego, hemos metido absolutamente todo lo necesario para sobrevivir en el exterior, sobre todo si tenemos la idea de acampar en algún lado o convivir con la naturaleza: cortinas contra mosquitos para la cama, zapatos para escalar, tabletas para limpiar el agua, un saco de dormir ligero, un saco de dormir pesado, chaqueta para la lluvia, linterna, brújula (así la llevemos solo por si acaso y no sabemos utilizarla bien), un cinturón donde guardas tus objetos de valor y cientos de cosas más...

Al final de nuestro viaje, nos daremos cuenta de que todas estas cosas regresan a casa sin haberlas utilizado.

Pero mientras, he logrado crear en mi casa una minitienda de productos y artículos viajeros, que incluyen desde ropa, alimentos enlatados, cremas contra mosquitos y enfermedades, hasta equipos para deportes en el exterior, y que, al final, no han sido necesarios en ningún caso. Hacen el viaje conmigo, ida y vuelta, como nuevos. De hecho, a estas alturas es probable que estén caducados.

Segundo Error: dejar todo para última hora

Hay exactamente dos tipos de personas en el mundo.

El primero, aquel que hace todo planificado. Empaca sus maletas con tiempo, sale al aeropuerto con una hora extra por si hay tráfico o cualquier inconveniente en el camino, revisa antes de salir que tiene todo listo y al alcance de sus manos: tarjeta de embarque, pasaporte, el horario del bus o tren para llegar al aeropuerto, que tiene el taxi ya esperándolo en la puerta de su casa, que ha cerrado su equipaje con candado, etc.

El segundo es el tipo de persona desorganizada. Es aquel que deja todo para última hora: hacer la maleta, llegar al aeropuerto sin el tiempo necesario para pasar por seguridad y migración con calma, correr por todos lados para llegar justo antes de terminar el embarque del avión.

Yo pertenezco a este segundo tipo de persona. Sin importar lo que esté haciendo, los planes que haya pensado, al final siempre termino cayendo en mis mismos viejos patrones.

¿No sería todo más fácil si saliéramos a tiempo? ¿O si fuéramos más rápido en el coche? o, mejor aún, ¿y si calculáramos el tiempo que necesitamos para así empezar las vacaciones en modo de relajación, como debería ser?

Estar preparados para cualquier infortunio parece ser la mejor opción, pero mi consejo es que dejemos a un lado las populares guías de viajeros y nos enfoquemos en los olores de la ciudad que estamos conociendo, en su gente, su idioma, su cultura, sus paisajes.

Tercererror: creer en la bondad de las personas

Suena bien, ética y moralmente, y es que solemos pensar que la gente es buena, sobre todo cuando estamos en un lugar ajeno y no conocemos bien la cultura que nos rodea.

A veces creemos algunas historias y tenemos compasión por extraños, hasta sentir la necesidad de ayudarlos. El problema es que, en la mayoría de los casos, son cuentos para hacernos caer en su red y pedirnos dinero o robarnos de alguna forma, por ejemplo, con un trayecto de taxi demasiado caro porque no conocemos las calles.

Si creemos en la bondad de todas las personas, la mala sorpresa viene siempre después. Es mejor estar atenta siempre y no dejarse llevar por cuentos.

Cuarto error: seguir la guía al pie de la letra

"Este hotel tiene una valoración online de 4 estrellas" o "Según Lonely Planet, este restaurante es el mejor de la zona" ... ¿Suena familiar? Es muy común que, hoy en día, leamos los reviews y las reseñas sobre hoteles, restaurantes, tiendas, etc. en internet y en guías antes de ir a un lugar.

Intentamos estar lo mejor preparados posibles y de encontrar los mejores lugares para dormir y comer, los lugares más secretos y típicos de la ciudad que más nadie ha visitado. Todo esto te lo vende una mágica guía turística.

Aquí les dejo un tip: estar preparados para cualquier infortunio parece ser la mejor opción, pero mi consejo es que dejemos a un lado las populares guías de viajeros y nos enfoquemos en los olores de la ciudad que estamos conociendo, en su gente, su idioma, su cultura, sus paisajes, que tomemos el tiempo para vivir la verdadera experiencia de viajar y conocer lugares nuevos.

Quinto error: no dar aviso a tu banco que vas de viaje

Me ha pasado. Basta que te suceda una vez para aprender. En un viaje que hice al Caribe, estaba segura de que podría usar mi tarjeta de crédito y débito en Aruba, pero cuando fui a pagar, me rechazaron dos tarjetas.

¿Cómo evitar este tipo de situaciones en las que te encuentras sin dinero? O, peor aún, tener que hacer una llamada de larga distancia que es muy costosa, teniendo en cuenta la diferencia horaria hasta, para que tu banco te atienda y te reactive las tarjetas. Muy sencillo, solo debemos avisar al banco de que nos vamos de viaje. Hay bancos que te permiten hacerlo directamente desde tu cuenta online.

¡Y la moraleja dela historia...

...no existe! Podemos tratar de mejorar, pero seamos sinceros: de una forma u otra, vamos a encontrarnos de nuevo en las mismas situaciones, ya que es más probable ganar la lotería que cambiar nuestra forma de ser al viajar.

Y, si es así, al final no es tan malo. Momentos de estrés, experiencias cercanas a la muerte u otras situaciones difíciles en un viaje traen consigo experiencias. Y, si bien en el momento nos sentimos asustados y horrorizados, luego van a ser las historias que le contaremos a nuestros hijos y nietos como los aventureros que somos.

Una cosa es cierta: todas las personas que viajamos a menudo estamos destinados a cometer alguno de estos errores. Pero errar es de humano, así que no hay que preocuparse, al final siempre aprenderemos algo y coleccionaremos experiencias nuevas.