Niños diferentes, escuela uniforme. ¿Problema sin solución?

Niños diferentes, escuela uniforme. ¿Problema sin solución?

La escuela, permítaseme la generalización, es una institución homogeneizadora, ya sea por tradición, escasez, mala organización de recursos o falta de voluntad política para transformarla. En otras palabras, la escuela tiende a tratar a los alumnos no como a individuos con capacidades potenciales diversas, sino como a miembros de un grupo a desarrollarse en un único camino y dirección

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Más allá de lo controvertido que pueda ser el informe PISA, el hecho es que los resultados de su última edición sitúan una vez más a los escolares de España por debajo del promedio del resto de países evaluados, tanto en comprensión lectora como en matemáticas. Por otro lado, el último informe de Eurostat sitúa el abandono escolar prematuro en una tasa del 21,9%, casi el doble de la media de la Comunidad Europea. ¿Quiere esto decir que los alumnos españoles son menos capaces? Desde luego, no parece razonable buscar el fallo en los estudiantes. Lo más probable es que nuestros alumnos no tengan ni más ni menos potencial que sus compañeros de otras partes del mundo. ¿Está entonces el problema en los maestros? Dada la gran diversidad de personas que componen este colectivo, con diferentes grados de preparación e implicación (vaya toda mi gratitud a algunos de ellos), tampoco parecería justo echarles la culpa a ellos.

Entonces, ¿dónde está el problema?

La escuela, permítaseme la generalización, es una institución homogeneizadora, ya sea por tradición, escasez, mala organización de recursos o falta de voluntad política para transformarla. En otras palabras, la escuela tiende a tratar a los alumnos no como a individuos con capacidades potenciales diversas, sino como a miembros de un grupo a desarrollarse en un único camino y dirección: el que marca el currículo de turno. Esto, que puede obedecer a un bienintencionado criterio igualitario, acaba en realidad profundizando las desigualdades, pues en demasiadas ocasiones, los niños y niñas diferentes, aquellos que se salen de la norma, terminan siendo los grandes perjudicados: alumnos que no encajan, que repiten curso, que cambian constantemente de escuela y que finalmente son expulsados del sistema. Todo ello acompañado con una enorme dosis de sentimiento de fracaso y sufrimiento.

Entonces, ¿cuál es la solución?

Bueno, vale: que mi hijo, que es enormemente creativo y tiene un gran talento para las artes plásticas, no apruebe matemáticas, ni lengua, ni inglés... ni arte es un problema del sistema. Pero ¿eso a mí de qué me sirve? Ciertamente, mientras se resuelve este grave problema de fondo, es importante buscar alternativas que tengan en cuenta a estos alumnos distintos, que requieren ayuda urgente AHORA.

La buena noticia es que cada vez hay más voces que reclaman un cambio de modelo, sea a través de la reflexión en jornadas, foros, artículos y trabajos de investigación o de la intervención directa con los alumnos distintos. Estas iniciativas aún se dan mayoritariamente en el ámbito privado, pero, mientras llegan a la esfera de lo público, existen algunas fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan desde hace años en esa dirección. Son instituciones que cuentan con profesionales vocacionales, comprometidos con la educación, y que creen firmemente que es posible atender a los alumnos con dificultades de aprendizaje y ayudarlos a desarrollar sus capacidades y crecer, no sólo en el aspecto académico, sino, y lo que es más importante, en el personal. Algunas de ellas, además, como la Fundación Judy Sharp, otorgan becas y dan facilidades a familias con dificultades económicas.

La Fundación Judy Sharp lleva casi cuarenta años trabajando con niños con problemas de aprendizaje y volcada en buscar soluciones al fracaso escolar. Así, el próximo sábado 25 de abril organiza la Primera Jornada Judy Sharp, en la que diferentes expertos aportarán nuevos enfoques al proceso de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. La actividad, concebida con un lenguaje accesible, de carácter didáctico y divulgativo, enfocada más al intercambio y al taller participativo que a la ponencia tradicional, está dirigida tanto a profesionales y estudiantes universitarios como a padres de niños con dificultades de aprendizaje. Gratuita para padres y estudiantes, tendrá lugar en el colegio Buen Consejo de Pozuelo de Alarcón (Paseo de la Concepción, 12), de 9:00 a 13:30.

Más información en el 91 401 13 55 o en la dirección web que tienes aquí