Fui cajera, ganaba 1.949 euros al mes, trabajé 39 años sin descanso: mi jubilación me dejó sin palabras
Después de casi cuatro décadas detrás de su mostrador, Martine, una ex cajera, se enfrenta a una realidad imposible al recibir su primera pensión.

Dedicar 39 años de tu vida detrás de un mostrador debería tener una recompensa al final del trayecto, una compensación después de toda una vida de trabajo y sacrificios. Sin embargo, Martine se encontró con el abismo al final de un camino sin descanso. "Nunca me he tomado un largo periodo de tiempo libre, ni siquiera para criar a mis hijos", asegura a Atelier de France.
Cuando recibió la primera pensión, Martine se llevó la peor de las sorpresas que apenas le permitía seguir manteniendo su estilo de vida. Una vida entera de trabajo que no resultó en los frutos que esperaba. "Cuando recibí el detalle de mi pensión, no podía creer lo que veía: sólo 800 euros al mes", aseguraba afectada. En Francia, este callejón sin salida es algo habitual cuando terminan su carrera laboral.
Las reglas para calcular la pensión son complejas y esto produce que a la hora de la verdad muchos se den cuenta de que la pensión no les dará la comodidad que esperan para lo que les queda de vida. Estos factores varían desde años de cotización, salario promedio de los mejores años o períodos de desempleo o enfermedad. En caso de no haber tenido un salario alto, este cálculo puede ser desfavorable.
Ante esta situación, muchos tienen que seguir trabajando después de toda una carrera profesional. Es el caso de Martine. "Me di cuenta de que no podía permitirme el lujo de quedarme sin hacer nada. Así que busqué trabajos esporádicos para complementar mi jubilación", explica. Esta situación cada vez es más común entre los extrabajadores franceses. Algunos expertos empiezan a señalar acciones complementarias para la jubilación como planes privados o de ahorro a lo largo de la carrera profesional. Sin embargo, para muchos de ellos ya es demasiado tarde.