Amnistía, sí; mecenazgo, no

Amnistía, sí; mecenazgo, no

Más allá del Atlántico, con o sin crisis, la investigación y la divulgación científicas continúan contando con el apoyo de las administraciones. Ahora más que nunca, cuando se anuncia un largo período de vacas flacas para la financiación pública de universidades, ciencia y cultura, es más necesaria que nunca una ley de mecenazgo.

En Estados Unidos se han inaugurado recientemente dos nuevos museos dedicados a la divulgación de las ciencias: The Perot Museum of Nature and Science en Dallas y The Museum of Mathematics en Nueva York, conocido como MoMath para seguir la estela del famoso MoMa (The Museum of Modern Art) dedicado al mundo del arte moderno.

Más allá del Atlántico, con o sin crisis, la investigación y la divulgación científicas continúan contando con el apoyo de las administraciones. El impulso a la sociedad del conocimiento se la creen de verdad y son consecuentes en sus acciones. ¿Cómo se hace efectiva esta política? Con leyes de mecenazgo y de donación que favorecen y hacen viable una gran parte de la investigación científica y convierten en realidad iniciativas relevantes en el ámbito de la cultura científica.

Los 125 millones de dólares que ha costado el nuevo museo de Dallas han sido financiados íntegramente por donantes privados (la familia Perot, por sí sola, ha cubierto 50 millones del presupuesto...). Es una tradición al que se debe en buena medida el liderazgo de Estados Unidos en el mundo de las ciencias, sin olvidar la trascendencia que tiene el mecenazgo y la donación en la educación, haciendo posible la financiación de muchas universidades y centros de enseñanza, además de centros de investigación.

Aquí, con o sin crisis, mientras tanto, todas las administraciones políticas siguen con nuestra larga tradición de poner palos en las ruedas de la educación, la formación continuada, la investigación e ignorando prácticamente el estímulo de la cultura científica. Ahora más que nunca, cuando se anuncia un largo período de vacas flacas para la financiación pública de universidades, ciencia y cultura, es más necesaria que nunca una ley de mecenazgo, tantas veces anunciada y jamás hecha realidad.

¡Amnistía fiscal, sí; ley de mecenazgo para fomentar el talento y la creatividad, no!