Las mejores historias de amor homosexual y LGBT de todos los tiempos (1)

Las mejores historias de amor homosexual y LGBT de todos los tiempos (1)

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Por Santiago Vargas

La contemplación, la tracción, el deseo, la pasión y/o el amor entre personas del mismo sexo, tan connatural a la naturaleza humana, siempre se ha reflejado en la literatura de manera ambigua, secreta, temerosa o explícita. WMagazín ha hecho una selección de algunas de las mejores piezas literarias de grandes autores. Narraciones y poemas que recorren, sobre todo, los laberintos de los sentimientos y las emociones de quienes los viven. Esta semana que Madrid (España) celebra la capitalidad del orgullo LGBT, en WMagazín recordaremos algunos de esos libros clásicos que habla de toda clase de amor y deseo más allá de lo heterosexual. El formato es sencillo, pero que habla por sí solo: un pasaje de la narración o el poema.

Safo (siglos VI y V antes de Cristo)

...de verdad que morir yo quieropues aquella llorando se fue de mí.

Y al marchar me decía: Ay, Safo,qué terrible dolor el nuestroque sin yo desearlo me voy de ti.

Pero yo contestaba entonces: No me olvides y vete alegre, sabes bien el amor que por ti sentí,

y, si no, recordarte quiero, por si acaso a olvidarlo llegas, cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz:

las coronas de rosas tantas y violetas también que tú junto a mí te ponías después allí,

las guirnaldas que tú trenzabas y que en torno a tu tierno cuello enredabas haciendo con flores mil,

perfumado tu cuerpo luego con aceite de nardo todo y con leche y aceite del de jazmín.

recostada en el blando lecho, delicada muchacha en flor, al deseo dejabas tú ya salir.

Y ni fiesta jamás ni danza, ni tampoco un sagrado bosque al que tú no quisieras conmigo ir....

  • Safo. Traducción de Juan Manuel Rodríguez Tobal. Editorial Mondadori.

A veces, me lleno de rabia con el que amo, de Walt Whitman (1855-1892)

A veces, me lleno de rabia con el que amo, por miedo a profesar un amor no correspondido, pero ahora creo que no hay amor que no sea correspondido: la retribución es segura, de un modo u otro (amé a alguien con ardor, y mi amor no fue correspondido, pero gracias a eso he escrito estos cantos)

Oh, tú, al que a menudo me acerco en silencio, de Walt Whitman

Oh, tú, al que a menudo me acerco en silencio, allí donde estés, para estar contigo, cuando paso a tu lado, o me siento junto a ti, o me quedo en tu misma habitación, qué poco te imaginas el fuego, eléctrico y sutil, que has desatado en mi interior.

  • Hojas de hierba. De Cálamo. Walt Whitman. Traducción de Eduardo Moga. Galaxia Gutenberg.

Muerte en Venecia, de Thomas Mann (1913)

Porque la Belleza, Fedro mío, y sólo ella, es a la vez visible y digna de ser amada: es, tenlo muy presente, la única forma de lo espiritual que podemos aprehender y tolerar con los sentidos. Pues, ¿qué sería de nosotros si las demás formas de lo divino, si la Razón, la Virtud o la Verdad quisieran revelarse a nuestros sentidos? ¿Acaso no pereceríamos y nos comunicaríamos de amor como Semele al contemplar a Zeus? La Belleza es, pues, el camino del hombre sensible hacia el espíritu... sólo el camino, un simple medio, mi pequeño Fedro... Y el taimado cortejador añadió luego su idea más refinada: que el amante es más divino que el amado, porque el dios habita en él y no en el otro... acaso el pensamiento más tierno y burlón jamás concebido por alguien, y del cual brotan toda picardía y la más misteriosa e íntima voluptuosidad del deseo.

Razón de dicha es para el escritor el pensamiento capaz de transmutarse, todo él, en pensamiento, y el sentimiento capaz de devenir, todo él, idea".

Carol, de Patricia Higsmith (1952)

A la luz de la lámpara, Therese distinguía todas las pecas de un lado de la cara de Carol. Las rubias, casi blancas, cejas de Carol se arqueaban como una ola a lo largo de la curva de su frente. Therese se sintió súbitamente extasiada y feliz.

—¿Qué canción sonaba antes, la de la voz y el piano?

—Tararéala.

Ella silbó un trozo y Carol sonrió.

Easy Living (Vida fácil) —dijo Carol—. Es muy antigua.

—Me gustará volverla a oír.

—A mí me gustaría que te fueras a la cama. Yo la pondré.

Carol fue a la habitación verde y se quedó allí mientras sonaba la canción. Therese se quedó de pie en la puerta de su habitación, escuchando, sonriendo.

... I'll never regret... the years I'm giving... They're easy to give, when you're in love... I'm happy to do whatever I do fot you... (... Nunca lamentaré... los años que te estoy dando... Es fácil dar cuando estás enamorado... Soy feliz de hacer lo que hago por ti...)

Aquélla era su canción. Era todo lo que sentía por Carol. Fue al cuarto de baño antes de que se acabara y abrió el grifo de la bañera, se metió dentro y dejó que el agua verdosa cayera alrededor de sus pies.

—¡Eh! —la llamó Carol—. ¿Has estado alguna vez en Wyoming?

—No.

—Pues ya es hora de que conozcas los Estados Unidos.

Nadan dos chicos, de Jamie O'Neill (2001)

-Nos pedirán luchar por Irlanda, de eso estoy seguro.

-Pero ¿qué es Irlanda, para que quieras luchar por ella?

-Eso también lo sé. Es Doyler -dijo.

-¿Doyler es tu patria?

-Es una tontería, lo sé. Pero eso es lo que siento. Sé que Doyler tomará parte, ¿y dónde voy a estar sino tomando parte con él? No odio a los ingleses y no sé si amo a los irlandeses. Pero lo amo a él. Ahora estoy seguro. Y él es mi patria.

Scrotes, mi Scrotes, deberías estar aquí ahora.

El chico alzó la mirada por debajo de las pestañas. Tenía color en las mejillas.

-Creo que también es un poco la tuya, MacEme.

-¿La mía? Válgame Dios.

-Aunque supongo que no querrás que luche por ella. Pero no conozco a nadie más con quien podría hablar de estas cosas. Llegué a creer que estallaría con todas las palabras en la cabeza. Ahora ya las puedo decir. No sé, es como si compartiéramos un idioma. Eso está muy bien para la natación, pero es mejor para hablar. Tú también eres ahora parte de mi patria. MacEme.

Este artículo fue publicado originalmente en la web de WMagazín, la revista literaria online dirigida por el periodista Winston Manrique Sabogal, un espacio para conversar con sosiego sobre literatura, donde él es cronista de encuentros, reportajes y entrevistas a ambos lados del Atlántico, y los lectores son los coautores, con sus lecturas y comentarios.